Los equipos de emergencia, ayudados por más de 500 soldados del ejército somalí, continúan con las tareas de rescate para tratar de encontrar supervivientes entre los escombros de los edificios destrozados por los atentados del pasado sábado en Mogadiscio, cuyo último balance de muertos asciende ya a 315.
Las familias se agolpan en las zonas cercanas a las explosiones y en los hospitales con la esperanza de encontrar entre los más de 400 heridos a seres queridos desaparecidos tras el atentado, o al menos poder identificar sus cadáveres, tarea difícil debido a que muchas personas murieron calcinadas por la deflagración.
“Casi todas las víctimas tienen serias heridas, el horror es indescriptible”, narra una enfermera del Hospital Medina en la emisora Shabelle.