Woody Allen se encuentra en estos momentos en pleno rodaje de su último filme, aún sin título, en las calles de Londres, donde confiesa que ya no busca la perfección en sus creaciones, sino que se conforma con "no avergonzarse" de ellas.
Tras más de cincuenta títulos, catorce nominaciones a los Oscar y dos estatuillas, el actor y director estadounidense confiesa, en declaraciones que publica el diario The Daily Telegraph, que actualmente no deposita "grandes esperanzas" en sus filmes, ya que ha aprendido de su dilatada experiencia que "las obras de arte son buenas, mediocres u horribles, pero nunca perfectas".
El cineasta ha recalado en Londres para grabar su nueva obra, que cuenta con un reparto de lujo, con nombres como Antonio Banderas, Anthony Hopkins, Freida Pinto (¿Quieres ser millonario?), Naomi Watts (21 gramos) o Josh Brolin (Harvey Milk).
A pesar de que el director no ha querido dar muchos detalles del argumento de la cinta, sí ha comentado que "trata sobre la vida de un escritor frustrado (Josh Brolin) que tiene problemas familiares y se embarca en una relación fuera del matrimonio".
Allen señala que aún no tiene claro el título del filme y asegura que no lo decidirá hasta ver el montaje definitivo.
"Nunca titulo hasta el final porque si veo la película y no es buena, no le doy un título agresivo, sino uno de los que yo llamo 'escondite' para que la gente no espere demasiado de la cinta. Sin embargo, si estoy satisfecho con el resultado, le concedo un título agresivo, con confianza y le deseo lo mejor", explica el cineasta.
A sus 74 años, Allen asegura que cuando rueda una película no suele aprender nada que le ayude para la siguiente, y confiesa también que no encuentra mucho placer en las largas jornadas de rodaje.
"Los rodajes son tediosos -asevera Allen-. No se graban las escenas en orden, hay que esperar tres horas entre una y otra y el único placer que se obtiene es llegar a casa al fin y ver el montaje completo con la música".
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