En la Registraduría, además de orden falta un poco de malicia indígena y en especial paisa para solucionar un problema tan sencillo y de tanta importancia para la gente como es tener un documento que como bien sabemos se expide y entrega gratis por parte del Gobierno.
En mi caso particular, después de consultar por la web, de inmediato opté por pagar los 20.000 pesos y ordenar la entrega en mi domicilio a pesar de estar en vacaciones, pero cuando me di cuenta que también estaban disponibles las de mis tres hijos y la señora, llamé a preguntar si valían lo mismo toda vez que sería a la misma hora y en la misma dirección, y al contestarme que era por cada una cancelé la entrega y me di a la tarea de ver si me podía economizar los $100.000 para lo cual fui con mi gente hasta la Registraduría. Al ver la cola dando la vuelta a la manzana opté por ir más tarde, pero lo que me encontré fue un tramitador diciendo que cerraban a las 3:30 p.m. pero que fuera al otro día y que me cobraba a $10.000 por cada una, lo cual si bien me representaba un ahorro, de por medio estaba mi conciencia patrocinando un negocio que no es nuevo en nuestro país.
La pérdida de tiempo me llevó a desistir de tener el precioso documento, al menos por el momento.
Como solución, me parece que la Registraduría, podría hacer lo mismo que cuando hace un año todos acudimos al cambio, previa cita, y al igual, si hay 250.000 por entregar, pues tan sólo es definir un listado de entrega, por número de documento y de acuerdo con la capacidad diaria, que según dicen es hasta 1.400, y que podría tener hasta rango y horas, porque la presentación personal es obligatoria y no todos están de vacaciones, ni es fácil perder un día de trabajo.
Las personas que no puedan o no quieran acudir a dicha citación, que debe ser seria y no hacerle perder la ida a la gente, pués que paguen por el servicio de entrega a domicilio, lo cual igualmente descongestionaría bastante.
En mi caso particular, tan solo me quedó como solución, esperar a que resuelvan el problema o darme la pela y pagar, porque al regresar de vacaciones, valdría más mi tiempo que la entrega a domicilio, para un servicio que siendo realistas, debería llegarle a la gente en forma gratuita a su dirección registrada y confirmar el recibo de la misma mediante cualquier método, como en todo país civilizado, donde el rebusque y el chanchullo no son el común denominador.
Pico y Placa Medellín
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