El llamado abismo fiscal estadounidense, que amenaza con dejar en una situación de impago a la economía más grande del mundo, ha llevado a expertos y analistas a idear posibles soluciones que, como mínimo, podrían denominarse "creativas".
Mientras republicanos y demócratas no se ponen de acuerdo en nada para que el gobierno de E.U. tenga con qué pagar sus cuentas, la nómina y hasta los interés de su deuda soberana, cualquier idea es bienvenida.
Por eso, muchos estadounidenses celebraron una idea impulsada por un peso pesado, el premio Nobel de economía Paul Krugman.
Para él, la salida al abismo está en una sola moneda con la que el gobierno de Barack Obama se quitaría de encima a los republicanos.
Una ley le otorga a la Tesorería el poder de acuñar monedas de platino de cualquier denominación. Aunque la norma está destinada a crear monedas conmemorativas, Krugman propone hacer uso de ella para fabricar una moneda de un billón de dólares para luego depositarla en la Reserva Federal de los Estados Unidos.
Esa moneda equivale a la astronómica cifra de 175.845 billones de pesos que, de acuñarse, facilitaría, casi por arte de magia, que el Gobierno siga pagando lo que le toca sin tener que recurrir al Congreso, nuevamente, para levantar el límite del nivel de endeudamiento, como en diciembre del año pasado.
"Es fácil hacer comentarios sentenciosos sobre el hecho de que no deberíamos estar buscando trucos de este estilo sino que deberíamos sentarnos como gente seria y afrontar nuestros problemas de una manera realista", justifica Krugman con ironía.
Pero agrega, que en las actuales condiciones, cualquier cosa es más razonable pensar en acuñar una moneda de esa denominación que pretender que los republicanos accedan a elevar el techo de la deuda.
En otras palabras, los mismos republicanos le dan la razón a Krugman, aunque su creativa medida la rechazó el sábado pasado la Tesorería estadounidense.
Mientras los estadounidenses dejan de soñar con esa moneda de platino, el tiempo se agota, y también los recursos, para honrar las obligaciones del gobierno de la primera economía del mundo.
El nivel de endeudamiento, dicen los analistas tocará su límite en febrero, es decir, los 16,4 billones de dólares, lo que equivale a la exorbitante suma de 2,9 trillones de pesos.
Así las cosas, tras negociar hace dos semanas un acuerdo para evitar el llamado "abismo fiscal", el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se negó a ofrecer recortes en el gasto del gobierno a cambio de que los republicanos aprueben subir el techo de la deuda.
Mientras sigue la incertidumbre, seguramente Krugman tendrá en la cabeza unas 16 monedas de platino de un billón de dólares que, fiscalmente, le otorgarían a Obama un borrón y cuenta nueva.
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