Cada bimestre, sin falta, los colombianos reciben los resultados de la encuesta Gallup sobre diferentes tópicos que marcan la vida del país: la gestión de los gobernantes, el optimismo, el problema que más preocupa, la imagen pública de los políticos, de las instituciones...
Es un ejercicio que ya tiene una historia y esta semana, cuando se conozcan los resultados de una nueva medición, habrá un análisis de lo que han sido estos 20 años de medirle el pulso a la opinión pública.
Al frente de este proceso ha estado Jorge Londoño de la Cuesta, gerente de Gallup Colombia, un ingeniero de sistemas que, como él dice, sueña y habla con los números.
¿Qué le ha representado al país ese ejercicio de seguimiento sistemático de la opinión pública a través de la encuesta?
"Ha sido muy importante porque se ha convertido en un instrumento en el que los líderes nacionales, los gobernantes, los empresarios, los economistas, han entendido cuáles son las necesidades de la población. Es una herramienta. Así como los medios de comunicación están transmitiendo el sentir de los ciudadanos, nosotros hacemos lo mismo de una forma sistemática, cuantificada. Nosotros hablamos con números, los medios hablan con testimonios. Es una forma de darles peso a las opiniones de los colombianos".
¿Y qué tanto se ven esos números en cambios de políticas, a partir de lo que expresan los ciudadanos?
"Los gobernantes están pendientes de las mediciones. Por ejemplo, durante una época la problemática fue el orden público y así lo revelaban las encuestas y muchas de las políticas se adoptaron en esa dirección. En el mismo sentido, cuando el sentir era por el lado económico, las políticas se enfocaron allí. Y hoy en día van cobrando más importancia los temas de corrupción".
Uno de los dolores de cabeza para las campañas son los resultados desfavorables en las encuestas, ¿Les han valido enemistades?
"En términos generales, cuando uno publica los resultados tiene que estar advertido de que una encuesta, por obvias razones, siempre dará ganadores y perdedores, tanto en candidaturas como en otros escenarios, como las que consultan sobre el aborto… Las encuestas, en cierto sentido, por naturaleza, son polémicas".
¿Y cómo se blindan frente a esa foto del momento que refleja una encuesta?
"La única manera de blindarse es hacerlas bien. Que cualquier persona que quiera criticar el trabajo como tal, no tenga cómo hacerlo".
Si uno pudiera sacar una gran conclusión de lo que han leído las encuestas Gallup, de manera sistemática, en estos 20 años, ¿qué lectura se haría del país?
"Si las comparo con 20 años atrás creería que hay dos elementos fundamentales: el primero de ellos es el crecimiento del estándar de vida de los colombianos. En 20 años, el poder adquisitivo de los colombianos ha aumentado en un 400 por ciento. Me explico: en el año 94 el Producto Interno Bruto per cápita era inferior a los 2.000 dólares y hoy en día es superior a los 8.000 dólares. Eso ha sido un avance que se ha visto en cómo han venido creciendo en la adquisición de bienes y en un mejor estar. Y el segundo cambio es con respecto a la guerrilla: hace 20 años, igual que hoy no era querida, pero era más temida. Hoy en día, aunque persiste el problema de la guerrilla, el asunto ya no es la preocupación central cuando se refiere al orden público. A los ciudadanos les preocupa más el robo y todo aquello que los afecta en su vida cotidiana en materia de seguridad. Hubo un momento en que las preocupaciones giraban alrededor de la seguridad del Estado y se llamaban Pablo Escobar, el narcotráfico, el Mono Jojoy... Hoy en día parece haber una separación de esas prioridades en seguridad y la gente se angustia más por la seguridad callejera".
¿Colombia es hoy más optimista que hace 20 años?
"Diría que ese optimismo ha tenido cuatro momentos en estos 20 años. En el gobierno de César Gaviria, terminando el año 94, la gente estaba entusiasmada. Llega Ernesto Samper y con todo lo que sucedió con el proceso 8.000 comienza a desplomarse ese optimismo lentamente. En ese gobierno, el país se transformó de manera negativa. Y Pastrana no logró levantar esa dinámica, en el sentido de que Colombia tuvo allí su mayor depresión colectiva. Con Álvaro Uribe se da un periodo de exaltación y eso lleva a la reelección. Después viene una cierta resistencia. Y para el gobierno de Juan Manuel Santos se mantiene un optimismo dividido. Estamos en un momento particular porque el optimismo hoy es inferior al que se vivió en la época de Uribe, pero superior al de los gobiernos que lo precedieron".
¿Cuál ha sido el momento más crítico, por el desacierto de un resultado?
"Indudablemente fue muy desconcertante el cambio de opinión que hubo, tan rápidamente, en la primera elección de Santos con respecto a Antanas Mockus. Fue muy desconcertante porque la opinión cambió en muy poco tiempo. Nosotros seguíamos haciendo mediciones internas y como no podíamos publicar por las restricciones que impiden publicar diez días antes de las elecciones, nos dimos cuenta de que lo que se había publicado con respecto a lo que sería el resultado iba a ser un desastre, en términos de medición".
¿Precisamente, la gente siempre se pregunta para qué sirven las encuestas en las campañas electorales, es decir, más allá de saber qué están pensando?
"Las encuestas son información. Y siempre para cualquier sociedad, persona u organización es mejor tomar decisiones estando informados. Uno le está mostrando a la gente cuáles son las preferencias que la misma gente tiene, para que la misma gente reflexione sobre los líderes que quieren para la sociedad. Las encuestas informan para que la gente se retroalimente y definan para qué lado quieren que vaya la sociedad".
El problema es que hay tantas encuestas y, a veces con tantas variables, que la gente puede terminar desinformada…
"Es posible, es posible, pero lo mismo diría uno de los medios de comunicación. Hay tantos que uno no sabe cuál dice la verdad. Pero en muchos aspectos, aun cuando haya muchas encuestas, la mayoría de las veces están enviando mensajes similares".
¿Cree que la regulación que existe sobre las encuestas en Colombia está ajustada a lo que se necesita?
"Soy una persona que, filosóficamente, me hago a favor de las libertades. Las prefiero en lugar de las restricciones. En este caso, no veo por qué a un grupo de la población se le prohibe estar informado cuando otro segmento más pequeño puede acceder a la información. Es decir, la restricción a la publicación de la encuesta, en los últimos ocho días, limita el acceso de la información al público en general, pero los grupos políticos siguen haciendo sus encuestas internas. Entonces eso es inequitativo y coarta la libertad. Es mejor que la gente este informada".
Miremos adelante, ¿qué viene para Gallup Colombia?
"Creo que el mundo moderno hoy en día esta generando nuevas fuentes de información y tenemos que aprender a capturar en forma sistemática este tema de las redes sociales. Estamos desarrollando sistemas alrededor de las redes, no ya para aplicar encuestas, sino para recoger sistemáticamente lo que allí se dice. De igual modo, el desarrollo tecnológico ha hecho que las empresas vayan desarrollando bases de datos y alrededor de ellas hay mucha información".
¿Sueña con números?
"Sí, sí… He tenido la fortuna de desarrollarme profesionalmente en esta área, y debo decir que tengo una pasión grande por los números. Y tengo la capacidad, y perdón por la falta de modestia, de hablar con los números"
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