Con la alegría que siempre la caracterizó y en espera de un grupo de amigos para hablar sobre lo que más le gustaba, el futuro de la niñez, Lucía De la Cuesta de Londoño falleció esta tarde a las 3:45 p.m. en su hogar, víctima de un infarto fulminante.
Casada con William Londoño, había formado su hogar junto a sus cinco hijos: Juan Luis, quien falleciera en 2003; Patricia, Rodrigo, Ángela María y Jorge Alberto, así como once nietos.
Doña Lucía dedicó toda su vida a ayudar a los demás, no a través de una fundación -siempre opinaba que había muchas que hacían cosas maravillosas y que el ideal era que se unieran-, sino "ayudando a conectar cositas", como ella misma describía la invaluable labor que hacía entre los necesitados y aquellos que pudieran ayudarles. Una ayuda de la que cientos de personas fueron beneficiadas en el campo de la educación, la salud, la ciencia y la educación.
"Lucía va a perdurar entre nosotros", recordó su gran amiga y compañera de trabajo social Omaira Reina.
Por su parte el padre Horacio Arango, del Centro de Fe y Culturas de Medellín, la describió como "una mujer extraordinaria, un ser humano con una capacidad infinita de unir lazos y generar sinergias. Era tan grande su misericordia por el otro que puedo decir, sin temor a equivocarme, que fue una santa que nos colocaba en clave de Jesús".
Las exequias de doña Lucía se cumplirán este jueves 22 de agosto a las 4:00 p.m., en la Iglesia Santa María de los Dolores.
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