Fue hace 58 o 60 millones de años. Entonces, en un clima cálido de más de 30 grados y muy lluvioso vivió Titanoboa cerrejonensis, la serpiente más grande que haya reptado por la Tierra.
Ese ambiente era el que tenía entonces lo que hoy es El Cerrejón, en La Guajira, en cuyas minas fueron descubiertos restos fósiles de esta culebra de 13 o más metros y 1,2 toneladas de peso.
El hallazgo es reportado hoy jueves en la edición de Nature. Y en la investigación participó Carlos Jaramillo, científico colombiano en el Smithsonian Tropical Research Institute en Panamá.
Jaramillo realizó el hallazgo de los fósiles y participó en la interpretación climática del significado de semejante serpiente.
En El Cerrejón, dijo el científico a EL COLOMBIANO, se encontraron vestigios del bosque tropical más antiguo conocido a la fecha.
Es sabido que en los climas más calientes se encuentran las serpientes más grandes. Ellas dependen de la temperatura externa para vivir. "Mientras más grande sea, mayor es la temperatura en la que podría vivir".
En ese registro del Paleoceno la temperatura en la zona era de unos 32 grados, un "bosque tropical lluvioso, con grandes árboles, lianas, con precipitaciones de 3,2 metros/año, y con grandes cocodrilos, tortugas de agua dulce de casi dos metros de diámetro (de hecho, hay una que esta en exhibición en el museo Explora en Medellín, así como hojas fósiles de El Cerrejón)".
Al presente, esta región es una zona seca, en la base de la península de la Guajira.
Del hallazgo se deduce que el clima era 5 grados más caliente, a pesar de lo cual existía una comunidad diversa de plantas y animales. "Hoy no hay bosques tropicales a temperaturas mayores a 28 grados Celsius".
En la investigación, liderada por Jason Head de la universidad de Toronto, participaron otros científicos de las universidades de Miami e Indiana. Carbones de El Cerrejón ayudó en la financiación
El informe indica que el clima tan cálido contenía altas concentraciones de CO2.
En la mina se encontraron una vértebra precloacal y costillas y otras vértebras de 28 individuos.
En el lugar, dijo Jaramillo, se han hallado restos de "polen, flores, hojas, frutos, semillas, cocodrilos, tortugas, peces, cangrejos, serpientes".
Para dar una idea del tamaño de T. cerrejonensis, el ejemplar más grande de una pitón es 9 metros y 7 tenía una Eunectes (anaconda), tamaños exagerados dado que rara vez sobrepasan los 6 metros. La cerrejonensis era un tipo de boa no venenosa.
La serpiente, arrastrada, alcanzaba la cadera de una persona adulta.
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