Si algún alma quería ver fútbol sala ayer en el coliseo Tulio Ospina de Bello, se tenía que conformar con hacerlo por televisión, porque fue lleno total, tribuna atestada, la boletería agotada. La fiesta completa.
No se puede negar que estos Juegos Suramericanos le han sacado una sonrisa a los habitantes no solo de Medellín, sino también a los de Bello. Y ayer fue la comprobación de eso: el menor comentario se venía acompañado de una buena sonrisa.
Por ejemplo, Juan Guillermo Sánchez estaba con ganas de encontrar una boleta para entrar y observar una de las sensaciones de este torneo: Alessandro Rosa Veira, mejor conocido como Falcao, el mejor jugador de fútbol sala del mundo.
Pero, a pesar de que no encontró ni un papel, no se desanimó y buscó la manera de disfrutar del espectáculo que brindaban Brasil y Uruguay. "Me parece muy adecuado que hayan traído los juegos hasta por acá por Bello. Eso nos hizo creer que podíamos tener derecho a los Juegos. Me encantó cómo quedaron el coliseo y el estadio", dijo.
También los niños estaban que se jugaban. Jaiderson Morales se vino de guayos, medias, pantaloneta y balón en la mano, por si le daban "chico", pero no fue posible.
"A mí me gusta mucho el fútbol y aunque no hay fútbol de 11, el sala también es muy llamativo, pero es que hay mucha gente y no se puede entrar. Así que me quedé jugando con unos amigos", explicó.
Para él, que es un muchacho, lo mejor fue la construcción del coliseo, que le da un espacio nuevo al municipio, que no tenía antes.
"Quedó buenísimo, porque antes el que había no era el mejor espacio. Ahora sí estamos listos para entrenar micro cuando queramos".
Óscar Goez venía con niño en brazos y familia, para acompañar a sus amigos que hacen parte de la selección Colombia y con los que jugó hasta que la familia o una lesión lo retiraron, no lo sabemos.
"Bello es uno de los lugares donde más y mejor se juega microfútbol. Y era justo que nos tocara ver este deporte acá. Estoy muy contento porque la gente está viniendo, está en el parque y eso es bueno para el municipio", manifestó.
Mucho calor, mucha gente. Adentro y afuera. Afuera gente con boleta que no podía ingresar, pero feliz; y adentro, gente que no se quería salir hasta el último partido, así que pidieron arroz chino a domicilio. O a la mamá.
Fue el caso de Rocío Arango que estaba allí, llevándole el desayuno a su hijo, quien desde la diez de la mañana se fue para el coliseo y se pensaba quedar hasta la tarde, así que le armó 'coca'.
"Para mí, que soy atleta, es fundamental que este tipo de eventos se hagan porque crean algo muy importante: cultura. No solo deportiva, aquí también están cultivándose muchos valores que los jóvenes deben tomar: la disciplina, los sueños, el deporte en sí mismo", expresó.
Entonces los que no se querían perder ni un solo suspiro, se ubicaron en la parte baja y, a través de las rejas, observaban por intervalos el cotejo que ganaba Brasil por cinco goles.
"Esto es algo que no disfrutamos todos los días y ahora hay que aprovecharlo durante los diez que dura. Vamos a ver qué pasa mañana o en estos días", comentó Carlos Vélez, mientras intentaba dar otra vuelta y el coliseo se estremecía de alegría por el sexto y definitivo gol de Brasil.
Pico y Placa Medellín
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