Valentina y Leo Stefano son los amores que desvelan a Leonel Álvarez, el técnico de moda en Colombia. Y es que la vida del timonel del Medellín va más allá de tácticas y estrategias, de la competencia pura del fútbol, aunque éste le cope la mayor parte del tiempo.
Leonel se confiesa un hombre solitario y de pocos amigos, una persona que busca en el gimnasio rutinas diarias para relajarse y, al mismo tiempo, visualizar jugadas y proyectar sus planes como entrenador.
Valentina, su hija de 16 años, de tez blanca, cabello lacio y negro le ofrece un amor leal y sincero que lo llena totalmente. Ella decidió venirse de Estados Unidos para vivir con él y se convirtió en su apoyo espiritual y en la mano amiga en los momentos difíciles, pero también en la motivación para compartir las alegrías.
Leo Stefano viene esporádicamente a Medellín. Su residencia está en el país del Tío Sam, donde busca la oportunidad de convertirse en futbolista por sus propios medios, sin tener que echar mano de la sombra de su padre. Juega en la división B de la MLS, con la aspiración de dar el salto definitivo a la máxima categoría.
Leonel, ¿qué pasa hoy por su cabeza, lo sorprende el giro que ha dado su vida?
"La vida me cambió completamente. Me siento tranquilo, porque tengo un grupo de trabajo muy bueno. Confío enormemente en cada uno de ellos. Hay respeto, transparencia, profesionalismo y admiración. Puedo dormir tranquilo por la forma como corre el equipo y como nos distribuimos las labores. Uno quiere más cosas, pero a medida que transcurra el tiempo creceremos".
¿Usted se ve reflejado en ese grupo?
"Yo me caractericé por tener compromiso y responsabilidad. Ahora la presión puede ser mayor, porque estamos a poco de lograr algo importante para nosotros con profesionalismo y humildad, desplegando buen fútbol y siendo atrevidos con orden y trabajo. Estamos ad portas de otro gran partido para acercarnos a la final".
Pero los deportistas son muy asediados, o ¿usted es muy estricto en esos temas...?
"Uno aprende a manejar muchas cosas, lo que aspira uno es a que lo vean de otra manera para compartir algo especial".
¿Usted es muy amigo de los videos, como Bielsa?
"Observo muchas jugadas, analizo y saco conclusiones. Desde jugador era muy inquieto y aprendí mucho de Julio Comesaña, Francisco Maturana, Hugo Gallego, Hernán Darío Gómez, Santiago Escobar y Diego Umaña".
¿Cómo se relaja para botar tanto estrés que va ligado a su labor?
"Yo soy de muy pocos amigos, yo diría, mínimos; me refugio en algunos de ellos. Mis hijos son la única compañía que tengo ahora... Me refugio también en el gimnasio, porque ahí, aparte de que voy haciendo mis ejercicios, pienso en el beneficio del colectivo para mejorar, porque de eso se trata. Todos los días voy al gimnasio, eso no debe faltar, hago un trabajo personalizado y es una forma de relajarme. Les pido a Dios y a la Virgen sabiduría para saber escoger los mejores jugadores, que los cambios sean oportunos y que haya pocas equivocaciones".
¿Lo presiona que lo vean como un técnico que puede recuperar el estilo del fútbol colombiano?
"No me presiona y me gusta, pero no quiero defraudar a nadie. Dirigir al DIM es una responsabilidad y un reto muy grande. Vamos bien y necesitamos culminar de la mejor forma".
¿Qué papel juegan sus hijos en este momento?
"Yo vivía solo, soy separado, y sin novia (risas). Mi hija vino una vez a pasar las vacaciones y me dijo que quería quedarse conmigo, acompañándome. Y yo acepté, pues pensé en que necesitaba un amor que me esperara en casa, un amor diferente. En principio le contesté que no, que regresara con Stefano a E.U. porque los dos tienen una mamá muy buena y lo mejor era que estuvieran con ella. La niña insistió en quedarse, le conseguí colegio y está conmigo. Es un amor transparente, leal y nos entendemos muy bien. Esto no implica que el día de mañana llegue alguien especial a mi vida y ojalá que sea del fútbol para que me sepa entender, porque esta profesión no es nada fácil. Y entre esos seres amados no pudo dejar de mencionar a mi mamá y a mis hermanas que viven en Rionegro, las visito poco, pero nuestra relación tiene una energía especial".
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