Igual que otras 34 especies marinas, el cangrejo azul está amenazado en Colombia. El Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible lo incluyó este año en la lista de especies vulnerables a la extinción, lo que implicaría una prohibición de su caza y su comercialización.
Eso en la teoría. En la realidad, según la denuncia del biólogo José Fernando Navarro, ocurre lo contrario: "Me indigna la venta indiscriminada del cangrejo azul en Urabá, sabiendo que es una especie en extinción".
Añade que la corporación ambiental Corpourabá "no hace nada contra ello".
Corpourabá controvierte. Ana María Ceballos, médica veterinaria y del área de Fauna, afirma que sí se trabaja para protegerlo: "La especie sólo fue reportada como vulnerable a la extinción este año, implicaría que habría que restringir su caza, pero no disponemos de elementos legales para hacerlo", explicó y admitió la escasez.
En Urabá, el cangrejo se produce especialmente en el área de Turbo y Necoclí, donde es una tradición su consumo. Este ha sido argumento para que los cangrejeros, que son muchas personas de la región, se opongan a su control.
"En Semana Santa, es el plato tradicional en Turbo", dice Ana María y recalca que desde 2009 Corpourabá trabaja en una campaña de sensibilización para que la gente regule su pesca.
"Detrás de esto hay un tema de seguridad alimentaria, Urabá es de las regiones con mayores índices de pobreza y tenemos que permitir su cacería de subsistencia. Es una fuente alta de proteína vital para muchas comunidades que no tienen alternativas de consumo de carne y no se puede obviar este argumento".
La dificultad del control ha hecho que Corpourabá realice campañas educativas para que la gente regule el consumo: que no capturen a las hembras grandes, porque están desovando, ni cojan a los ejemplares más jóvenes y pequeños.
Incluso llevan el tema a colegios y escenarios públicos. "La intención es educar para que las mismas comunidades no agoten el recurso", expresó la veterinaria Ceballos.
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