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“La gente se conecta mucho por llevar el activismo en la ropa porque esta termina siendo parte de tu personalidad. Cuando te ponés algo, comunicás a través de lo que te ponés”. Así describe Daniel Jaramillo, director de ADN de Mattelsa la ideología de esta empresa, que surgió como una comercializadora de ropa de marcas nacionales y extranjeras pero que hoy no solo distribuye sus propios productos, sino un mensaje activista que busca el cuidado del medio ambiente y la estabilidad emocional.
Esta empresa fue fundada en 2006 por Mateo Jaramillo, un estudiante de Economía de la Universidad Icesi, de Cali, pero que empezó con la idea de distribuir ropa comercializada en el sector El Hueco, centro de Medellín, para ser vendida por los estudiantes en la capital vallecaucana, a precios mucho más favorables que en los centros comerciales.
El éxito de esta iniciativa comercial hizo que Mateo tuviera que abandonar su apartamento para convertirlo en una bodega y posteriormente se fue expandiendo para abrir locales, uno en el barrio Laureles, de Medellín, y otro en el barrio El Limonar, de Cali, con un concepto distante de las vitrinas y los maniquíes.
“Vendimos ropa, solamente como ropa y ese era nuestro propósito, hasta 2013-2014. De ahí entendimos que eso no era suficiente para vivir bien porque primero pensábamos que vivir bien era solo ganar plata y luego cuando empezamos a leer sobre vivir bien nos dimos cuenta de que estábamos muy equivocados”, comentó Mateo.
A partir de ese sentimiento se cambió el concepto de Mattelsa, donde no solo crearon sus propios productos, sino que lo hicieron con las iniciativas activistas del consumo racional, el cuidado del medio ambiente y el fortalecimiento de la estabilidad emocional.
“Al principio fue complejo, porque muchas personas se quejaron de este cambio y eso nos estaba llevando a un abismo. Pero empezamos con los espacios, las tertulias y el trabajo en las redes sociales que nos fueron fortaleciendo como marca”, explicó Daniel.
Este fortalecimiento pasó por crear productos con ideología activista, tanto en su fabricación como en su estilo y comercialización. Como ejemplo, uno de sus productos más exitosos recientemente fue uno dirigido contra la alborada, en el que un perro se mostraba orinando unos voladores, producto que tuvo tal acogida que de las 500 camisetas que se fabricaron, todas se agotaron en un par de días.
Pero la meta de Mattelsa no pasa por el vender productos en masa porque sí. Incluso incentivan el consumo racional de los productos, que solo se adquieran los que son necesarios.
“Lo principal es que no promovemos el consumo irracional, el consumo emocional. Promovemos el consumo racional: compren lo que necesiten”, manifestó el fundador de Mattelsa, agregando que incluso por esta razón en las tiendas no se usan maniquíes ni vitrinas para no incentivar el fast fashion “porque esta es la que contamina el medio ambiente”.
La labor integral de Mattelsa, que también se evidencia en sus 800 empleados y en la forma cómo diseñan sus tiendas y sus instalaciones, tiene como prioridad trabajar en la inteligencia emocional y el pensamiento sistémico, ejes en los cuales se busca fortalecer al ser humano en su esencia, tanto en sus productos como en los mensajes a través de las redes sociales, porque Mattelsa es el activismo hecho desde las prendas de vestir.
Daniel lleva 12 años en Mattelsa y desde hace seis está a cargo de la dirección de ADN, que consiste en el manejo de las áreas de mercadeo, gestión humana, producto y fotografía. Ha acompañado todos los procesos de transformación de la compañía, desde la implementación de sus dos primeras tiendas hasta hoy.
Mattelsa tiene tres estrategias para reinvertir los recursos para trabajar en lo social, lo ambiental y lo humano.
- Ambiental: a través del proyecto Magara, que consiste en la conversión de fincas ganaderas en bosques nativos en Córdoba. Cuenta con 130 hectáreas.
- Social: Holistic Schooling Society (Holss) es el centro educativo en el que forman a los jóvenes en inteligencia emocional y pensamiento sistémico.
- Humano: en el Distrito Perpetuo Socorro desarrollan de la mano de la UPB, Almacentro y Comfama, un ecosistema urbano, sostenible y vibrante para las industrias creativas y culturales donde se pueda vivir, trabajar y habitar en un espacio verde en la ciudad.
Periodista por pasión. Me gusta contar las historias de la ciudad desde todos sus puntos de vista y mostrar lo bueno y lo malo de nuestra realidad.