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Forjadores | PUBLICADO EL 27 noviembre 2022

Con $300.000 nació Argos, emporio cementero del país

Hace 88 años la familia Arango, oriunda de Concepción, Antioquia, fundó Cementos Argos.

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Por alejandra zapata quinchía

El 27 de febrero de 1934 la familia Arango y algunos amigos antioqueños dieron vida en Medellín a la que se convertiría años más tarde en la cementera con mayores ingresos de Colombia: la Compañía de Cementos Argos.

Y aunque la primera idea fue bautizar a la empresa como Cementos Arangos, la opción finalmente se descartó y terminaron nombrándola Cementos Argos, manteniendo esa connotación familiar.

Así fue entonces que Claudino Arango Jaramillo —oriundo de Concepción, Antioquia, y quien aportó la mayor parte del capital—; sus hijos, Jorge y Rafael Arango Carrasquilla; sus sobrinos Leopoldo Arango Ceballos y Félix Mejía Arango; su yerno Julio Luis Restrepo; además del ingeniero Carlos Sevillano y el comerciante Carlos Ochoa Vélez crearon una sociedad anónima que contó con un capital inicial de 300.000 pesos y 99 accionistas. Su objetivo social era la explotación de la industria de cemento y la adquisición de yacimientos para ese fin.

Y es que tan seguro estaba don Claudino del éxito que le auguraba a la empresa que, según cuenta la historia, les dijo a los inversionistas que si adquirían acciones y al año no estaban contentos con los resultados, él les compraría los títulos. Pero eso no fue necesario porque en 1936 terminó el montaje de la cementera y llegaron los primeros frutos: la compañía produjo el primer cemento para consumo. Y el 2 de octubre de ese mismo año Leopoldo Arango pagó $50 por 25 sacos de cemento, siendo esta la primera venta registrada en el balance de Cementos Argos.

Años más tarde, en 1938, la compañía emitió su primer dividendo y logró duplicar su capacidad de producción original a 100 toneladas diarias. Fue ahí cuando los empresarios decidieron traspasar las fronteras antioqueñas y expandir el negocio en otras regiones de Colombia con la creación de varias empresas: Cementos del Valle (1938), del Caribe (1944), El Cairo (1946), de Caldas (1955), Tolcemento (1972), de Colclinker (1977) —la planta en Cartagena, una de las más emblemáticas en la actualidad— y de Cementos Ríoclaro (1982). Y en los años 90, Argos adquirió la participación accionaria de Cementos Paz del Río.

Consolidación de un emporio

En 1998, Argos inició el proceso de internacionalización al concretar alianzas estratégicas para adquirir compañías cementeras en Panamá, República Dominicana y Haití. Y cinco años después, comenzó la reorganización corporativa, mediante la fusión de las ocho compañías del negocio cementero de Grupo Argos bajo el nombre Cementos Argos.

Poco a poco, Argos demostró que era más que cemento: la compañía pasó de ser una cementera local a convertirse en un holding relevante del sector infraestructura en el continente americano, con presencia en 20 países y territorios, con más de 13.000 colaboradores, administrando activos que ascienden a $53 billones y posicionándose como el mayor inversionista colombiano en Estados Unidos.

Hoy, este grupo antioqueño es un gestor de inversiones en infraestructura líder en el negocio de cementos a través de Cementos Argos, con una plataforma única de inversión en concesiones viales y aeroportuarias —administradas por Odinsa—, y un portafolio diferenciado e innovador tanto en energías convencionales como renovables —gestionado por Celsia—

LOS PRECURSORES DE UN CONGLOMERADO INTERNACIONAL

Con $300.000 nació Argos, emporio cementero del país

Claudino Arango Jaramillo, Jorge Arango Carrasquilla (primer gerente de la compañía) y Rafael Arango Carrasquilla fueron los accionistas más importantes de la época antes de que iniciara el proceso de democratización accionaria de Cementos Argos.

Alejandra Zapata Quinchía

Periodista de economía y negocios. Egresada de la gloriosa Universidad de Antioquia.

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