Mientras Mariana Pajón pedaleaba en Río de Janeiro por la gloria personal y del país, a muchos kilómetros de distancia, en el escenario que lleva su nombre en Medellín, la familia del bicicrós le transmitía energía positiva.
En un salón acondicionado para la ocasión, con una bandera gigante de Colombia en un costado y los asistentes luciendo distintos atuendos, el sitio asemejaba una tribuna que animó de principio a fin.
Deportistas, padres de familia, dirigentes, jueces, comisarios, líderes cívicos y periodistas vibraron con las semifinales y finales del BMX Olímpico que consagró a la bicicrosista como bicampeona y subió por primera vez al podio a Carlos Ramírez.
“Feliz, feliz, es increíble. Todo esto es premio al trabajo que incluye a mucha gente. Es ahora cuando hay que agradecerles a las personas que han tragado polvo y soportado sol y agua para sacar adelante este deporte”, relató Juan Fernando Castrillón, presidente de la Comisión Antioqueña de Bicicrós, al reconocer que cada manga les aceleró el corazón “al 200 por ciento por estos tres guerreros (Pajón, Ramírez y Carlos Mario Oquendo)”.
Y mencionó a Rafael Pérez, Fernando Loquillo Giraldo, Martín Posada y todos los integrantes del Comité Ejecutivo, entre otros, que ayer tuvieron un día inolvidable.
El Loquillo no soportó tanta emoción y con llanto dejó atrás la ansiedad que estaba contenida en el recinto. Él, que desde los 5 años vio entrenar a Mariana en las pistas de Belén y Envigado, y ha sido testigo del crecimiento de Ramírez, y por quienes en la mañana se fue a ofrecer un oración al santuario de María Auxiliadora, se sintió como si estuviera en Río.
Sofía Arenas, prospecto del bicicrós nacional, también acudió a la cita. Con aplausos y voces de aliento quiso llegar hasta Brasil para animar a sus compañeros que luego subirían al podio por sus metales.
Momentos memorables que se disfrutaron en el mismo entusiasmo en el colegio Sagrado Corazón Montemayor, donde Mariana se forjó académicamente.
Y ni qué decir en la casa de los abuelos de la campeona, en el sector de El Poblado. La mayoría con una camiseta negra alusiva a la campeona, la tía de Tata (María Cecilia Londoño) comió uñas, sufrió y gozó, pero al final festejó como lo hicieron 48 millones de colombianos que no se cansan de elogiar el temple y espíritu ganador de Mariana que parece hecha de oro.