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Mariana escribió con oro su nombre en la historia olímpica

  • FOTO EDWIN BUSTAMANTE
    FOTO EDWIN BUSTAMANTE
19 de agosto de 2016
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No ha cumplido 25 años y ya hizo historia. Mariana Pajón Londoño se convirtió en la primera deportista colombiana en ganar dos medallas de oro Olímpicas y consolidó su título como reina del BMX.

Este viernes, mientras ella pedaleó y saltó en la pista de Río de Janeiro, Colombia entera se paralizó. Fueron 34 segundos en los que los corazones se aceleraron, las manos sudaron, y los gritos se apagaron para verla brillar. Luego volvió la fiesta, como aquella primera vez en Londres 2012.

Lee aquí: Mariana Pajón se baña en oro en Río

La segunda medalla olímpica que llega a la casa de los Pajón es el resumen de casi dos décadas de esfuerzo y sacrificio, de más de 36.000 horas de pedaleo, de caídas, raspones, lágrimas, risas que iniciaron como un plan familiar, con el padre como ejemplo.

Antes de aprender a escribir La Tata -como sus amigos la llaman- ya dominaba la bicicleta. A los cuatro años ganó su primera carrera en medio de niños, porque entonces las competencias de BMX no tenían categoría femenina. Y aunque para esa época alternaba las bicicletas con clases de gimnasia, no pasó mucho hasta que Mariana decidió concentrarse en las dos ruedas.

Apenas terminó la primaria en el Colegio La Enseñanza estuvo una temporada en Estados Unidos, a donde llegó con la excusa de aprender inglés, y terminó por unirse al equipo Dancin Competition, con el que mejoró su nivel y técnica. Y entonces empezó a brillar.

La escena de la niñez se repitió en el año 2000 en Argentina, donde Mariana -con apenas nueve años- logró otro triunfo en una carrera en la que fue la única mujer.

De vuelta en Medellín sus rutinas se consolidaron: estudió el bachillerato mientras entrenaba y en más de una ocasión tuvo que pedir permisos adicionales o presentar exámenes fuera del calendario, para asistir a las competencias nacionales e internacionales.

Ganó títulos locales, departamentales y nacionales. Luego empezó a vencer a sus competidores en Juegos Bolivarianos, Centroamericanos y del Caribe, campeonatos panamericanos, y de Estados Unidos.

A los 17 años de edad -en 2008- ganó su primer campeonato mundial en la categoría Junior Cruiser Femenina. Fue en Taiwán, donde tuvo un inicio explosivo y una carrera agresiva, con los que se ganó luego el apodo de “Hormiga atómica”. En los dos años siguientes repitió la hazaña en los mundiales de BMX UCI.

En 2010 cambió de categoría, a Cruiser Femenino, y repitió podio. Y durante los años 2011, 2013, 2014, 2015 y 2016 revalidó los triunfos y se consolidó como la mejor de su categoría, la referente en calidad y la número 1 en el ránking UCI.

Un camino sembrado con esfuerzo y lesiones

La primera lesión considerable de Mariana llegó gracias al deporte de sus amores: una fractura de clavícula llegó cuando apenas tenía cinco años.

En 2011 tuvo otro accidente importante. Se fracturó la mano izquierda y tuvo que ser operada. La recuperación incluyó algunas platinas y tornillos.

En 2012, durante otra competencia, sufrió una caída que le provocó una fisura ósea y la rotura de algunos ligamentos del hombro. El balance final fue un mes por fuera de la pista, pero una recuperación rápida.

“2012 fue un año de muchos retos, muchas lesiones. Incluso una semana antes de los Juegos tuve una caída muy fuerte”, contó Mariana antes de partir para Río. Tal vez por eso este año llegó a la competencia olímpica con más confianza.

La niña detrás de los triunfos

Después de ser campeona en Londres, Mariana contó que el secreto de su éxito radicaba en en entrenamiento mental. “Primero hay que ganar con la cabeza y después pedalear”, repite como mantra en casi todas las entrevistas. Por eso su entrenamiento incluye varias horas con médicos y sicólogos.

A pesar de la rudeza que muestra en competencia, la campeona se define como delicada y femenina. En sus ratos libres prefiere ir a cine o a un restaurante y tiene debilidad por los helados. Dice que va a pocas fiestas, no trasnocha mucho y toma poco licor.

Y aunque es muy reservada con su vida privada, en 2013 sorprendió al país compartiendo en redes sociales algunos momentos íntimos con su novio, el francés Vincent Pelluard, también bicicrosista.

Su próximo reto es la medicina, carrera de la que quiere vivir cuando se retire del bicicrós... algo que no sucederá pronto.

Oro, la única excentricidad

Mariana ha reconocido que el oro es su motivación, pero no su obsesión, y por eso ha hecho de todo para ser la mejor en su categoría.

Su colección de medallas doradas incluye dos en Juegos Suramericanos (Medellín 2010 y Santiago de Chile 2014), una en Centroamericanos y del Caribe (Mayagüez 2010), una en Panamericanos (Guadalajara 2011), siete en Copa Mundo BMX (Holanda 2013, Argentina 2014, Estados Unidos 2014, Holanda 2015, Argentina 2015 y Estados Unidos 2015) y, por supuesto, las olímpicas de Londres 2012 y Río 2016.

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