Jhon Fredy Murillo fue el primer sorprendido de verse clasificado ayer a la final del salto triple en los Juegos.
El paisa se había presentado en Río sin grandes expectativas y logró el boleto con perfil bajo, pero marca de 16,78 metros, la mejor entre los atletas latinoamericanos y la octava global. “Me siento muy feliz. No me esperaba pasar a la final. Es algo histórico en mis primeros Juegos, pero tengo que dar mucho más”.
Tiene una notable fuente de inspiración en Caterine Ibargüen, oro en el salto triple femenino. La vio por televisión desde la villa olímpica, pues debía competir a primera hora de la mañana de ayer.
Si bien el presente lo confirma entre la élite mundial, sus inicios no se ajustan al perfil del saltador habitual. Arrancó con la jabalina, hasta caer en la cuenta de que el octavo puesto que ocupaba en la clasificación nacional no le valía para dar el salto deportivo que anhelaba. Hoy lo dará desde las 7:50 a.m..