“Ya no es ganar ni con las piernas. Ya no es ganar ni con la mente. Ya es ganar con el corazón y esas son las alas que se abren y me dan poder”. Y así, radiante, Mariana Pajón festejó su hazaña de bicampeona olímpica.
Esas alas que la han hecho invencible en las pistas del mundo, como lo ratificó ayer en Río, ya están marcadas para siempre en su piel, en un tatuaje que se hizo en el costado izquierdo, junto a las costillas, y que reveló ante las cámaras.
Ellas representan a la Mariana que quiere volar por más desafíos. No se conforma con los 18 títulos mundiales que ostenta (9 con camiseta UCI), más dos Olímpicos. A sus 24 años mira a Tokio-2020. “Mi vida ha sido de cumplir sueños, de ponerme metas y superarlas, y todavía tengo muchas más y sueño con seguirlas cumpliendo”.
Mariana está rodeada de energía positiva. Ayer, antes de las semifinales y la final, su padre Carlos Mario salió a hacer piques, para mandarle fuerza a su hija. Su mamá (Claudia Londoño) le llevó una vela que le mandó desde Colombia el entrenador mental (Jonathan Bustamante) para que la prendiera y recargara energías. Las medias de diferente color tampoco faltaron y mucho menos el abrazo de la mamá antes de pasar a la pista.
Todos esos rituales hacen parte de la campeona, que no se cansa de ganar y de entregar el ciento por ciento de sus capacidades. “Esto es demasiado grande, yo me quería subir a lo más alto del podio, ya lo había visualizado y es hermoso. Se repite el oro, pero trabajé muy duro y acá estamos”, dijo mientras lloraba de felicidad, ondeando la bandera de Colombia después de haber pasado la meta.
Qué inmensa se vio Mariana en la competencia. Lo ganó todo, desde las clasificaciones hasta los tres heats de semifinales y la final no dejó dudas de su grandeza y superioridad.
“Me sentí demasiado bien, muy tranquila desde el principio, todo lo tenía bajo control, ya lo había hecho muchas veces en mi mente: montarme al partidor y subirme a lo más arriba del podio; después, fue disfrutarlo”.
A Londres-2012 llegó como novata de la categoría élite, con nombres que sonaban mucho más como Caroline Buchanam (Australia), Laura Smulders (Holanda) y Alise Post (EE. UU.). En Río se vio una Mariana con experiencia y mucho más serena, con el mismo sello ganador. Y con un alto grado de positivismo para seguir siendo la reina del BMX mundial.
De sus labios siempre ha salido un mensaje claro: “voy a dar siempre todo de mí, a dejarlo todo en la pista”. Eso lo hace desde que tenía 5 años.