Varias personalidades de la política nacional pasaron este sábado por la Academia Colombiana de la Lengua, en el centro de Bogotá, para dar el último adiós al expresidente Belisario Betancur, quien falleció el pasado viernes a causa de problemas renales.
Vea el especial sobre Belisario Betancur y su legado
Desde el presidente de la República, Iván Duque Márquez, quien fue uno de los primeros que llegó muy temprano, hasta el propio exmandatario Juan Manuel Santos, quien vio en Betancur uno de sus más fieles impulsores para no desfallecer en el proceso de paz con las Farc durante su mandato.
Fueron muchos los actos de homenaje que se realizaron, pero en particular el Gobierno Nacional decretó duelo nacional por tres días, durante los cuales se izará el Pabellón Nacional a media asta en todos los edificios públicos del país y las Embajadas de Colombia en el exterior.
Este domingo, 9 de diciembre, Betancur será conducido en caravana desde la Academia hasta el colegio Gimnasio Moderno, donde se espera que a la 1:00 de la tarde se cumpla la misa de exequias y posteriormente el traslado al cementerio Jardines del Recuerdo, como pidió en vida el exmandatario.
Del campo a la Casa de Nariño
Amagá (Antioquia), fue la tierra que vio nacer al hoy recordado y homenajeado Belisario Betancur. Un hombre de ‘sepa’ campesina que se convirtió en abogado, escritor y político, marcando la historia del país al presenciar sucesos, en voz de su amigo Jaime Castro, que fueron “dramáticos y dolorosos”.
La caligrafía de Gabriel García Márquez describió a Betancur “no como un gobernante que amara la poesía sino un poeta a quien el destino le impuso la penitencia del poder”. Algo muy a la postura del exmandatario, entregado con un profundo furor a las letras y el arte. Gesto que se marcó con su última voluntad de vida: que sus exequias se cumplieran en la Academia Colombina de la Lengua.
Y así fue, el día posvelitas y con un sol que iba descendiendo sobre el busto del humanista y escritor Miguel Antonio Caro, el féretro de Belisario Betancur llegó sobre las 9:30 de la mañana al recinto para esperar allí a sus amigos, familiares y personalidades del mundo político con un último adiós.
El cuerpo, cargado por las manos de sus nietos y acobijado bajo una madera de tonos oscuros, pasó por el lado de Caro para luego ser conducido a paso lento y solemne al salón ‘Paraninfo’, de la Academia. “Se nos fue un hombre ejemplar, un colombiano apasionado por la paz de Colombia, pero también se fue un gran abuelo y papá”, expresó su nieta, Paula Gaviria Betancur.
A la par de la llegada del féretro, ya un hombre hacia guardia a la espera de despedir al expresidente. Con 70 años, el líder sindical Agustín Garzón arribó a la Academia de la Lengua desde las 9:00 de la mañana, con gabardina enfundada y muy al estilo del ‘cachaco’ antiguo, expresó a Betancur su agradecimiento por las acciones emprendidas con la clase obrera.
“Belisario fue un hombre muy sincero con los trabajadores. Fue un conservador que conservó la patria y las ideas. Ya que se va para siempre vine a decirle adiós y darle gracias por abrirle, por primera vez, las puertas de Casa de Nariño a la clase obrera. Lo admiro mucho y siempre tendré un buen recuerdo de él”, expresó el líder sindical.
Junto a este hombre, poco a poco las afueras del reciento en el que reposaba el cuerpo del exmandatario se fue llenando de personalidades de todos los estratos sociales. A la par de la clase política del país que ingresaba a la Academia para decirle adiós al exmandatario, recordado por la toma al Palacio de Justicia y la tragedia de Armero, también lo hacia la señora que vendía algodones de azúcar y una que otra persona de edad que pasaba a orarle por “paz en su tumba”.
Le dieron el último adiós
A los mensajes de condolencia se iban sumando los demás personajes nacionales, como el científico colombiano Manuel Elkín Patarroyo, quien expresó que el fallecimiento de Betancur es una pérdida “excepcional” para el país y el mundo.
“Es una lástima que los colombianos no hayamos entendido a tiempo la grandeza y nobleza del expresidente, nos hubiéramos evitado cientos de miles de muertos y millones de dólares desperdiciados. Es un dolor profundo, no solamente de patria sino de humanidad”, manifestó.
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Con voz entrecortada y ojos aguados, el científico se calificó a sí mismo como el “hijo bobo” del expresidente Betancur, por el apoyo y cercanía que recibió de él. “El morir es desaparecer de la memoria”, dijo Patarroyo, sin embargo, resaltó que Belisario “jamás será olvidado. Siempre será inmortal y solo tengo palabras de agradecimiento”.
Desde el sector de la ciencia y hasta los pueblos indígenas de Putumayo se acumulan los recuerdos sobre Betancur. Lorenzo Muelas, exconstituyente indígena, quien fue uno de los primeros en llegar a dar un último adiós al expresidente, expresó que fue gracias a Betancur que se lograron avances importantes en materia de derechos de las comunidades indígenas.
“El territorio indígena y la jurisdicción indígena todos les debemos, nos ayudó con las leyes que hasta hoy siguen vigentes. Él hizo que dejáramos de ser vistos como salvajes, semisalvajes, dementes e incapaces de conducir nuestro destino”, manifestó el líder indígena.
A la suma de personajes que arrimaban en el transcurso del día, el exministro de Hacienda del Gobierno de César Gaviria, Rudolf Hommes, manifestó que a Belisario se “le debe agradecer por ser el primero en intentar la paz”.
Hommes, con voz apagada, comentó que el exmandatario, dirigente entre 1982 y 1986, fue un hombre “ejemplar” y agregó que él lo “apreciaba y admiraba”.
A su turno, el presidente del Consejo de Estado, Germán Bula, resaltó la importancia de Betancur en la educación como movimiento social. “Betancur marco un hito en su trabajo con la educación y eso provocó aplausos. Siempre será recordado como el niño campesino que fue presidente”, agregó Bula.
Su legado
El momento de las exequias también propició un encuentro entre el presidente de la República, Iván Duque, y el exmandatario Juan Manuel Santos. El actual mandatario, quien salió a los pocos minutos de haber ingresado Santos, expresó sobre las honras póstumas que se debía reflexionar sobre el legado de Betancur.
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“Todos debemos reflexionar sobre el legado del expresidente Belisario Betancur, un hombre hecho a pulso y que siempre obró con profundo patriotismo en todas sus acciones”, manifestó el jefe de Estado, quien llegó en compañía del ministro de Defensa, Guillermo Botero.
A su turno, el expresidente Santos, quien asistió en compañía de su esposa, María Clemencia Rodríguez, agradeció a Betancur la fortaleza y el apoyo que le brindó en el momento del proceso de paz.
“Estamos despidiendo a un gran colombiano que dejó un legado maravilloso, no solo porque fue el primer presidente que pensó en hacer la paz, sino por su talento y forma de ser, su forma de ver la vida y la política”, expresó el exjefe de Estado.
Santos resaltó que Betancur fue un “gran amigo” suyo y recordó que “fue un gran consejero desinteresado” durante el proceso de paz que adelantó con las Farc.
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“Él siempre le decía a uno las cosas de frente y como son, siempre con las mejores intenciones. Me duele su muerte, lo vamos a recordar con mucho amor y admiración porque Belisario Betancur deja el mejor recuerdo. Él estuvo al lado mío empujándome a no desfallecer en el intento de hacer la paz”, agregó el exmandatario.
El arte
Así como personajes de la vida política llegaron a saludar a la familia Betancur, las artes también hicieron presencia. El actor Diego León Hoyos fue el encargado de ofrecer un mensaje en nombre de sus colegas al trabajo del exmandatario en defensa de las artes.
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“Tuve la fortuna de ser su amigo y lo recuerdo como un hombre extraordinario, cálido, que amo las artes, los pobres y los intelectuales”, manifestó Hoyos.
Así mismo, y con el paso de las horas un señor de más de 60 años y con cerca de diez fotos en sus manos arribó a la Academia Nacional de la Lengua, donde el cuerpo de Betancur reposa en velación. Allí, el pintor Ramón Roncancio y el expresidente se dieron un último adiós a tantos años de historia.
Al doctor Belisario Betancur lo conocí en una subasta de arte dirigida por doña Gloria Valencia. Ahí fue donde yo comencé a darle un ojito a sus campañas y a ver los pueblos donde él iba, fue por ese entonces cuando se me ocurrió la idea de hacerle un cuadro. Ahí seguimos amistad y nos encontrábamos mucho en Villa de Leyva y en Barichara. La última vez que lo vi fue en el entierro de Sonia Osorio, en la catedral de Bogotá”, recordó el artista.
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En 2 metros de ancho por 1,80 de largo, Roncancio pintó un cuadro a oleo que demostraba la cercanía de Betancur con el pueblo. Para esa época, este artista dejó volar su imaginación y creó grandes casas y gente al alza con pancartas, mientas que por encima de estos el teleférico iba y venía. Mientras tanto, el expresidente que gobernó al país entre 1982 y 1886 abría las puertas de la Casa de Nariño a artistas como Botero y Obregón que, al igual que Roncancio, le entregaron una muestra artística.
“Me nació pintarle porque era un tipo muy humano y todas sus campañas se relacionaban con temas sociales y del futuro. Él fue el único presidente que fundó en la Casa de Nariño un salón para solo arte colombiano. Fue el único presidente que se acordó de los artistas, ningún otro presidente lo ha hecho”, recordó Roncancio.