Cuenta la historia que los paraguas datan de hace más de 3.000 años, y desde los primeros tiempos tenían simbolismo religioso y mitológico, así lo confirma William Cruz Bermeo, docente de la facultad de diseño de vestuario de la Universidad Pontificia Bolivariana, “la mayoría de las historias del paraguas y la sombrillas citan a Egipto, China e India como lugares geográficos claves en la historia de este accesorio. En todas estas culturas, y en otras asiáticas, han estado asociados al estatus de poder”.
Cronológicamente han sido símbolo de respeto, pero también de belleza, “recuérdese por ejemplo el paraguas de la geisha”, señala Cruz Bermeo. De igual manera protegían contra el sol y las mujeres del siglo XIX buscaban con su uso conservar la piel blanca de la clase alta europea. Con los años y ya en el siglo XXI los paraguas terminaron convertidos en materiales baratos. “Se han convertido en artículos desechables, desplazando a los antiguos paraguas duraderos y de alta calidad en casi todo el mundo”, concluye Cruz Bermeo.
Un complemento del vestuario
Tratando de contrarrestar el tema de las sombrillas desechables y de poca duración, la industria de la moda las ha incluido como un accesorio básico en el vestuario, tanto de hombres y mujeres, siendo las primeras las más arriesgadas en cuanto a buscar sombrillas con diseño que puedan dar un toque diferenciador en el vestuario. El paraguas hoy es usado, de manera especial, para proteger contra la lluvia. Los días grises pueden adornarse con un poco de color a la hora de salir a la calle. Algunas marcas se han esforzado por implementar paraguas con diseño, pero también de buena calidad, con el fin de que sea un accesorio más perdurable en el tiempo.