Los inicios en la moda para Sandra Weil fueron gracias a su familia. La diseñadora peruana –encargada de la pasarela de cierre de Colombiamoda este jueves 25 de julio en Plaza Mayor a las 7:30 de la noche – estudió Artes plásticas, pero la costura era algo muy familiar gracias al taller de su abuela. Creció en un entorno de mujeres creativas.
El punto de quiebre llegó cuando al final de su carrera una amiga de su mamá le pide que le haga un vestido a su hija. Ella, con ayuda de su abuela lo hace y se da cuenta de dos cosas: que no sabía coser y que tras lograr hacerlo se generó en la dueña del vestido una emoción única.
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Sandra se sintió como una mujer poderosa que podía originar ese tipo de emoción en los demás con el vestuario. En ese momento hizo una maestría y cambió su rumbo.
Es su primera vez en la feria, ¿qué le ha parecido esta experiencia en Colombiamoda?
“Esta feria para mí es un ejemplo a seguir y la admiro profundamente, no solo por sus logros, sino por su profesionalismo, es de verdad muy inspirador. Trabajar con todo este equipo me ha parecido increíble y por otro lado también como logro de marca, este honor que nos han dado de invitarnos a de hacer una pasarela de cierre es un momento bien importante que todos reconocemos dentro del equipo”.
Esta pasarela de cierre tiene como inspiración el arte del Kintsugi...
“El Kintsugi es un arte japonés de reconstrucción de la porcelana a través del oro, se van pegando las piezas con oro y es una manera de enaltecer aquello que está roto y que se recompone, entonces es hacer un simbolismo, quizá de un viaje personal de los últimos años en los que hubo muchos cambios en mi vida y han sido unos años de genuina reconstrucción, regeneración y replanteamientos. Ha sido bien lindo además contar esta historia a través de la costura y de la ropa, porque es cómo vas reconstruyendo todo aquello que se rompió y cómo todo este concepto está presente a través de cada una de las piezas. Las costuras doradas enaltecen esa reconstrucción. Tiene también una riqueza de mezcla de texturas súper importante, es parte del ADN de la marca, pero creo que es una colección que particularmente es muy rica en sus texturas y en esta eclecticidad”.
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¿Cómo ha sido ese camino tras decidir dedicarse a la moda?
“Nunca hice un business plan, jamás dije: ‘voy a hacer una marca’, la vida me ha ido llevando y ese ha sido el reto constante porque el crecimiento, que ha sido hermoso y orgánico, ha tenido sus retos, me he ido haciendo empresarias, no es algo que decidí conscientemente y es algo con lo que he peleado bastante como artista y creativa, pero también, la vida te va llevando y pues nada, toca surfearla e ir aprendiendo”.
Es su primera vez en Medellín y en la feria...
“No había venido, es la primera vez que estoy acá. Ser parte ahora de esto es increíble y me agarra en un momento especial. En los últimos años estábamos consolidando otros proyectos, nos hemos enfocado mucho al tema de retail en México, luego estuvimos mucho afuera en Europa, en New York entonces ahora esto coincide con esta alianza con Malva, que nos hizo regresar a enfocarnos a América Latina en todos sus niveles, no solo en producir acá que ese siempre ha sido mi enfoque prioritario sino en expandirnos”.
