La historia de los realities en Colombia comenzó en 2003 con Protagonistas de novela y con Jaider Villa como el primer ganador de este tipo de formatos.
Desde entonces, en la pantalla nacional se han emitido más de 20 programas de la llamada televisión real, la mayoría de ellos con alta aceptación entre los televidentes: en el top 10 (datos de Rating Colombia) de los programas más vistos en Colombia entre 1998 y 2021, desde que comenzó la televisión privada, en el tercer puesto aparece Protagonistas de novela de 2010, detrás de los dramatizados A corazón abierto y Pasión de gavilanes, primero y segundo, respectivamente. En ese listado, Yo me llamo (2011) y La Voz Kids (2014) aparecen en los puestos quinto y octavo.
Estos programas son tan rentables desde lo económico y a nivel de audiencia para los canales RCN y Caracol, que Desafío está al aire desde 2004 (suma 18 ediciones), mientras que Yo me llamo, que estrena temporada este martes, se emite desde hace 10 años y lleva siete temporadas.
Prueba de su aceptación entre los televidentes es que actualmente los programas mas vistos en Colombia son de este tipo, de lunes a viernes domina La Voz Senior (Caracol), mientras que el de mayor rating sábado y domingo es Master Chef Celebrity (RCN).
En el mundo, pionero del género como tal fue An American Family, un programa de 1971 en el que una cámara seguía semana a semana la vida de una familia. En 1989, la cadena Fox se anotó un hit con Cops, un seriado en el que aún hoy, 32 años después, graban a agentes de policía enfrentando a los criminales. Cops se ha grabado en más de 144 ciudades, desde Alaska hasta Singapur y América Latina. American Idol, por ejemplo, está al aire desde 2002.
Salvación
Para Mauricio Velásquez, investigador de dinámicas televisivas y coordinador del área audiovisual de Comunicación Social de la U. Eafit, los realities se han afianzado en la oferta televisiva a partir de los costos de producción, mucho más económicos y fáciles de producir que un argumental.
A esto se suma, opina Velásquez, que Colombia está pasando por una crisis de escritores muy grande, que se ve reflejada en las pocas historias en pantalla. “Se demuestra en el hecho de ver hoy una novela escrita por Julio Jiménez (La nieta elegida), que fue bien conocido en los años 80 y 90; se nota tuvieron que echar mano de esas personas que ya tenían el bagaje, porque en la actualidad carecemos de buenos escritores”.
Al hablar del efecto que tienen en los televidentes, el investigador de Eafit señala que gracias a plataformas como Instagram, YouTube o Vimeo la sociedad se ha vuelto más consumidora de “relatos reales”, por encima de crónicas, documentales y especiales periodísticos.
“Nos gustan historias de personas reales que utilizan su nombre, que de cierta manera categorizan las nuevas emociones y valores que transmiten verosimilitud, y que son las que el espectador busca”, dice Velásquez, para quien el espectador está en función de moderar quiénes son antagonistas o quiénes son protagonistas, qué fuerzas se oponen y sobre esa base se va construyendo un tipo de caracterización de los participantes.
Para Velásquez no hay duda en señalar que estos formatos se han convertido en una tabla de salvación de los canales, ante la falta de buenas historias y las exigencias del público de ver relatos como los que se transmiten en las redes sociales.
Desde los canales
Juan Esteban Sampedro, director de Entretenimiento de Caracol, explica que el desempeño de estos programas en rating “es maravilloso, lo que significa que a la gente le gusta este tipo de contenidos y sería absurdo hacer caso omiso a lo que la gente prefiere y busca”.
Al comentar el impacto de este tipo de formatos, Sampedro añade que la clave está en que la mayoría permiten a los televidentes ser jueces, no solo seleccionando a los ganadores, sino tomando partido por alguno de los bandos.
En ese sentido, Eugenia Vélez, vicepresidenta de Programación RCN Televisión, dice que algunos realities le permiten al televidente ver a sus celebridades preferidas “participando en un entorno completamente diferente al habitual, enfrentándose a retos que jamás se habían imaginado”.
Tanto Juan Esteban Sampedro como Eugenia Vélez coinciden en señalar que los formatos que se ven en Colombia, tipo La Voz, Yo Me llamo, Factor X o Master Chef Celebrity, son “híbridos” que combinan concursos con características de la llamada televisión real.
“En la medida que los sigamos nutriendo con las variaciones que les hacemos, que sigamos contando con la suerte de encontrar gente tan maravillosa como participantes, creo que son formatos de largo aliento”, augura Sampedro.
Al estreno esta semana de Yo Me Llamo, Caracol prepara para 2022 nuevas temporadas de Desafío y La Voz (en sus diferentes versiones, Kids y Senior), mientras que RCN se la jugará con Factor X y Master Chef Celebrity.
Hay realities para rato