A Juan Esteban Sarmiento le correspondió en suerte el número 101, mientras que al antioqueño y también piloto de motos, Mateo Moreno el 150. El tercero en la salvaje carrera que, desde 2009 se realiza en Suramérica, es el bogotano Cristian Cajicá Pinto, quien llevará el 287.
Ellos son los únicos conductores colombianos que alternarán en la competencia de autos, carros, camiones y quads (cuatrimotos) en la ya tradicional carrera de arranque de año que, en esta ocasión, tendrá la participación de pilotos de 59 nacionalidades y un poco más de 9 mil kilómetros en el trazado de Paraguay a Argentina, pasando por el temible altiplano boliviano en el que la exigencia será mayor, como lo expresan los protagonistas de la llamada Odisea, bautizada así para la edición de 2017.
“Es el Dakar más duro de los que se han disputado en Suramérica”. Así lo reconoce un personaje del mundo de las motos, el español Marc Coma, ganador cinco veces del Dakar (2006, 2009, 2011, 2014 y 2015).
“El altiplano boliviano ofrece cosas que hasta ahora no tenía el rally. Creo que para ganarlo habrá que adaptarse a condiciones diferentes de otras ediciones”, expresó Coma, quien hoy se desempeña como director deportivo de la competencia.
La salida es este lunes en Asunción y esa primera etapa, con 39 kilómetros hasta Resistencia, permitirá que el Dakar debute en tierras paraguayas, convirtiéndose así en el quinto país suramericano en tener esta temible prueba de motores (Argentina, Chile, Bolivia y Perú, los demás).
Justamente en esta edición y con la llegada de una nueva categoría (la UTV, que contempla carros más pequeños), los caminos de Argentina y posteriormente Bolivia, cobran mayor protagonismo, en especial cuando la carrera asuma las alturas bolivianas, a más de 3.500 metros. Exigente tanto para pilotos como para sus máquinas.