El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a agitar el tablero de la geopolítica con una amenaza directa al presidente ruso, Vladímir Putin. Esta vez no usó misiles ni sanciones financieras, sino su arma preferida: los aranceles. Y el mensaje fue claro:
“Si no hay un acuerdo de paz antes de 50 días, les impondremos aranceles de hasta el 100%”.
Además lea: Trump anunció aranceles del 30% a México y la Unión Europea a partir de agosto
La advertencia, que lanzó este lunes 14 de julio en la Casa Blanca durante la visita del nuevo secretario general de la OTAN, Mark Rutte, marca un viraje en su tono hacia Rusia. El mismo Trump que hasta hace unas semanas hablaba con cierta diplomacia de Putin, hoy se muestra abiertamente “muy, muy descontento” con la falta de avances en la guerra en Ucrania.
Aranceles secundarios: la amenaza que salpica a terceros
Aunque el comercio directo entre Estados Unidos y Rusia es mínimo, Trump explicó que se trata de aranceles secundarios, una medida que busca afectar a terceros países que mantienen relaciones comerciales activas con Moscú, especialmente en sectores clave como el petróleo, el gas y el uranio.
En palabras simples: si un país sigue haciendo negocios con Rusia, también podría verse afectado por estos nuevos aranceles estadounidenses. La presión, entonces, no solo cae sobre el Kremlin, sino sobre los socios económicos de Putin.
Lea aquí: Trump anuncia que reanudará diálogo con Irán tras ataques y cese al fuego
La visita de Rutte se dio horas después del anuncio del envío de sistemas antimisiles Patriot a Ucrania, decisión que Trump confirmó, pero dejando claro que el costo será asumido por los países europeos.
“Es armamento sofisticado, lo producen nuestras empresas, pero lo pagan los socios de la OTAN”, repitió Trump.
Este modelo de triangulación implica que las empresas estadounidenses venden los misiles a países europeos, y estos, a su vez, los envían a Kiev, como parte del respaldo militar a Ucrania frente a la intensificación de los bombardeos rusos.
Conozca más: Lula da Silva promete contraatacar con aranceles recíprocos a EE. UU. : “Brasil no aceptará ser tutelado por nadie”
“Habla bonito, pero luego bombardea por la noche”
Trump endureció su lenguaje contra Putin, pese a admitir que sigue manteniendo conversaciones con él. “Mis charlas con él son agradables... y luego los misiles explotan por la noche”, ironizó.
El mandatario aseguró que Putin ha engañado a sus antecesores —Clinton, Bush y Obama—, pero no a él. “Yo he cerrado cuatro acuerdos con él. Y él ha roto los cuatro”, sentenció.
Trump sostiene que la guerra de Ucrania nunca habría estallado con él en el poder desde el principio, y califica el conflicto como una “guerra de Biden”.
“El comercio sirve para muchas cosas, incluso para terminar guerras”, dijo Trump, apelando a una vieja fórmula de diplomacia económica que no siempre da resultados.
Durante su intervención, se adjudicó haber contribuido a la solución de conflictos en Ruanda y el Congo, Pakistán e India, y Kosovo y Serbia, afirmaciones que muchos analistas califican de exageradas o directamente falsas.
Incluso, sobre el conflicto entre Israel y Gaza, del que dice tener listo un alto el fuego “inminente”, dejó una frase que fue más inmobiliaria que diplomática: “¿Cómo dejaron que se quedaran con la franja frente al mar? Es el peor acuerdo inmobiliario de la historia”.
Le puede interesar: ¿Qué son los Brics y por qué desafían a Estados Unidos? Así avanza el bloque que quiere cambiar el orden mundial
¿Y qué hará Europa?
Ante estas declaraciones, la jefa de la diplomacia de la UE, Kaja Kallas, expresó su satisfacción por la postura más dura del presidente de Estados Unidos sobre Rusia, pero dijo que un ultimátum de 50 días para castigar a Moscú era “muy largo”.
“Es muy positivo que el presidente Trump esté adoptando una postura firme contra Rusia”, dijo Kallas a los periodistas. “Por otro lado, 50 días es un tiempo muy largo si vemos que están matando civiles inocentes todos los días”.