Desde el 10 de enero no pasa un solo día en el que Maritza Varón Acosta no revise su maleta. La tiene abierta, a un lado de su cama, en la finca ubicada en la vereda el Perico del corregimiento de Santa Elena, lugar que se ha convertido en su hogar y a la vez en sitio de concentración.
Repasa todo lo que hay en ella, pues no quiere dejar ningún detalle al azar. Revisa el número de prendas, calzado, elementos de protección, suplementos y demás artículos obligatorios y necesarios para afrontar, el próximo 28 de este mes, el Ultra Trail Du Mont Blanc (Utmb), entre Francia e Italia.
Esta es la ultramaratón de resistencia más prestigiosa del mundo y a la que esta atleta oriunda de Calarcá, Quindío, que reside hace 30 años en Medellín, clasificó por primera vez.
Será el reto más importante en los cinco años de Maritza como corredora de montaña, de ahí la rigurosidad con su equipaje, pues no quiere desaprovechar la oportunidad que venía buscando desde 2016.
“Para clasificar en esta prueba se debe participar en competencias que puntúen para el Utmb. Cuando se tienen los puntos necesarios, ingresas en un sorteo en el que eligen a los participantes y por fin quedé seleccionada”, cuenta Maritza, quien, desde el momento de la publicación de los resultados, no ha dejado de planear su presentación en la carrera europea.
Maritza figura entre los 15 colombianos clasificados, cuatro mujeres, a la prueba de 145 kilómetros, en los que desafiará el Mont Blanc, la cumbre más alta de los Alpes (4810 m), la agreste cadena de montañas situada en el centro del Viejo Continente.
Para este reto, la corredora, integrante del Team Medipiel, inició un proceso de preparación con el entrenador Juan Carlos Arjona, quien, desde España, supervisa sus rutinas, las cuales incluyen fortalecimiento en gimnasio, atletismo en pista y dos jornadas semanales de montaña.
“Siempre busco cimas que me presenten un nuevo reto y, por fortuna, el Valle de Aburrá está rodeado de ellas. La que más me gusta es el Morrón, en Copacabana (2.542 m) por su nivel de inclinación. Allí he hecho mi mayor preparación”, explica.
La idea de la atleta de 45 años de edad, es cruzar la meta en 35 horas. El límite de la prueba es de 40.
“Es la primera vez que se disputan 145 km, antes eran 125, entonces no hay un registro o récord, mi reto es hacerlo en 5 horas menos de lo establecido”, manifiesta Maritza.
Para sortear la exigencia se ha apoyado en la experiencia de Hildebrando Machado, el único antioqueño que ha participado en la ultramaratón.
“Él estuvo en dos ocasiones, me recomendó que vaya a mi ritmo, que no me impaciente si me sobrepasan, además, que me plantee objetivos cercanos para que se haga más fácil y satisfactoria la prueba”.
En el recorrido, Maritza será apoyada por Andrés Arias, un caleño que participará también y que la esperará en puntos autorizados por la organización para cambiarse de ropa, descansar y abastecerse de comida, pues durante el recorrido solo podrá portar una maleta de hidratación (camelback), geles, barras de proteína y alimento en polvo para mantenerse en pie y así cumplir el sueño de llegar, “a paso lento pero seguro”, como describe su estrategia de carrera, y así conquistar el corazón alpino.