La antioqueña Verónica Zuluaga solo necesitó 27 segundos para vencer a la venezolana Hendrymar Rodríguez, el sábado por la noche en el coliseo de la Universidad de Medellín, en una de las diez peleas de la velada que organizó Crixus, una de las principales empresas de artes marciales mixtas del continente.
Aunque el tiempo de la contienda fue corto, Verónica cuenta que alcanzó a recibir un golpe en la frente que le dejó un moretón. Sin embargo, ella reaccionó y con base en su técnica le aplicó una llave ambar (gillotina) a la rival para quedarse con un triunfo que se sumó a los obtenidos sobre Lili González y Karol Jiménez, en 2017.
Verónica venía de un receso largo por su compromiso con el reality “Desafío” del Canal Caracol, en el que perdió masa muscular y condición física.
“Ella (Hendrymar) entró muy loca y ese fue su error. Yo nunca pensé que el combate iba a ser tan corto, pero siempre he creído que si uno puede resolver una pelea lo antes posible para evitar golpes, hay que hacerlo”, confiesa la estudiante de Diseño Gráfico en la UPB, a la que solo le falta terminar las prácticas que está haciendo en una agencia de publicidad, para graduarse.
La deportista, de 23 años, dice que quedó contenta con el resultado, porque fue el fruto de la preparación más dura que ha tenido. “Aparte de que sentí presión por ser más conocida y saber que mucha gente me sigue, cuando se ha tenido un nivel tan alto de exigencia y se gana, entiendes que valió la pena. Muchas veces me tocó aguantar hambre y practicar más tiempo, lloraba en los entrenamientos porque estos eran duros, por eso esta victoria es significativa”.
Por ahora no tiene más peleas programadas este año y a la par con su carrera de Diseño continuará con la preparación, pues llegará el momento en que decidirá si ejerce su profesión o se dedica de lleno a las artes marciales mixtas que le dan renombre internacional.
Un deporte que algunos consideran rudo, pero que ella aprecia y al que le da un toque especial, pues siempre sale al octágono a pelear maquillada. Asegura, “uno no puede dejar de ser lo que es”.
Y agrega: “la gente piensa que esto se hace a la loca, con fuerza y violencia, sabiendo que la clave está en la técnica”, la misma que el sábado le dio frutos.