Los hinchas de Medellín y Nacional no tuvieron inconveniente para compartir este miércoles en el estadio Atanasio Girardot, donde se cumplieron los partidos de ida de los octavos de final de la Copa Betplay.
Los rojos fueron los primeros en darse cita en el escenario. La tarde fría no fue impedimento para que acudieran al lugar 1.832 personas, quienes se repartieron en las tribunas de Occidental y Norte, únicas que se habilitaron para el encuentro ante Tigres.
A muchos les cogió la tarde para ingresar al recinto deportivo. Su demora se la atribuyeron a la desinformación que se generó en víspera del compromiso, por los dos cambios de horario que se dieron a menos de 24 horas del encuentro.
“El martes compré las boletas y decía que el partido era a las 3:30 de la tarde. Cuando llegamos nos quedamos tomando una gaseosa afuera, cuando escuchamos los himnos, ingresé a redes y vi que el juego era a las 3:00, ya me lo iba a perder”, expresó Pablo Mora mientras caminaba apresurado a la puerta de ingreso de Occidental.
Con él avanzaban dos acompañantes. Una de ellas hacía esfuerzo para no derramar la cerveza que tuvo que interrumpir cuando escucharon que el encuentro estaba a punto de comenzar.
Tambien ingresó sobre el tiempo otra pareja, que celebró que ambos equipos pudieran jugar en su estadio sin problemas. “Me parece bien que esto suceda, porque de una u otra forma nos lleva a convivir. No se puede crear ese pánico en la ciudad de que no podemos estar juntos”, indicó Gerónimo García que, orgulloso, portaba la camiseta del Poderoso, un hecho que para su compañera María Isabel Agudelo, no tiene por qué generar temores: “Independiente de la camiseta que llevemos, si todos nos compartamos bien no tenemos por qué sentir miedo”.
El hecho de que el encuentro deportivo se hubiera disputado tan temprano y la determinación del Medellín de permitir el ingreso gratis de los niños menores de 12 años hizo que varios padres acudieran con sus hijos y que un alto número de familias se dieran cita en el estadio.
Para los padres, no había motivo para desaprovechar esta oportunidad que les dio el equipo de sus amores, pues afirmaron que la idea era regresar a sus casas tras el pitazo final, conscientes que tampoco se debe de correr riesgos.
Así pues, padres e hijos se abrazaron y saltaron juntos al minuto 16 cuando Díber Cambindo anotó para su equipo el gol que le dio la victoria frente a Tigres (1-0), resultado que dejó tranquilo a Julio Avelino Comesaña, quien tiene la confianza de que sus dirigidos también pueden ir a ganar a Bogotá, donde se cumplirá el juego de vuelta el 11 de mayo.
Para muchos de estos niños fue el primer gol que observaron en vivo en el estadio.
Otra postal que se repitió en la tarde-noche de fútbol fue la de los extranjeros, que desde las graderías disfrutaron por igual sin importar el color de los equipos que estuvieran en escena. Muchos acudieron, incluso, con las prendas alusivas a los equipos de la capital antioqueña.