Es curiosa la configuración cíclica del calendario y, por eso, el final de mayo traerá un episodio ya vivido por la gente del Deportivo Independiente Medellín: el 25 se medirá a River Plate por Libertadores y el fin de semana posterior jugará el clásico ante Atlético Nacional.
Eso mismo ocurrió a mediados de marzo, cuando el elenco argentino derrotó al Poderoso (3-1) y, el fin de semana del 18, el verdolaga hizo lo propio con el DIM (3-1).
En esa ocasión, el rojo vivía la parte más frenética de su programación y no contaba con el oxígeno de ahora, generado por estar a un punto (tiene 31) de las fiestas finales de la Liga y el triunfo en Melgar, que lo deja dependiendo de sí para clasificar a segunda ronda en Libertadores.
Con este panorama, el técnico Luis Zubeldía, que ha reconocido que tiene en mente ser uno de los dos primeros del rentado local para definir las series de los playoffs en el Atanasio, goza de un buen margen de maniobra en su nómina, que tiene bajas como la de Hernán Pertuz y Carlos Ibargüen.
“Viene bien, para trabajar tranquilos, poder ganar para arrimarnos en nuestra zona y tratar de posicionarnos mejor”, comentó el orientador argentino, que dirigió su partido número 20 -al frente del elenco paisa- en Arequipa, con un saldo de 12 encuentros ganados, dos empatados y seis perdidos, para un rendimiento del 63,3%.
A partir del duelo del domingo, a las 6:00 p.m., contra el Junior en Barranquilla -debe aprovecharse de la situación del Tiburón, eliminado en el certamen-, Medellín afrontará ocho duelos (ver taba), en los cuales puede apostar a la continuidad de una base titular y, en otros, puede darse el lujo de permitir el rodaje de los que no son habituales. Con tal, lo vital, por ahora, es ganarle a Emelec el 16 de mayo.
