El cielo verde y blanco de Atlético Nacional se ha cubierto de un velo de luto y melancolía. En la noche de este viernes, la noticia de la muerte del ex arquero Raúl Navarro Paviato conmocionó a hinchas, directivos y excompañeros del glorioso equipo antioqueño. A sus 82 años, Navarro falleció en Argentina a causa de un infarto fulminante, según confirmaron diversas fuentes locales. El arquero, recordado por su extraordinaria calidad bajo los tres palos y su inquebrantable espíritu, dejó una huella imborrable en la historia del club.
Navarro llegó a Atlético Nacional en marzo de 1971, debutando frente al Pereira. Su llegada al equipo se produjo en un contexto de grandes expectativas, y no decepcionó. Durante ocho temporadas y media, el portero argentino defendió con maestría el arco verdolaga, logrando salir campeón en dos ocasiones: 1973 y 1976. Su talento y dedicación lo llevaron incluso a un breve paso por el Valencia de España en 1974, aunque problemas de documentación lo hicieron retornar a Medellín, donde siguió escribiendo su historia de éxito con Nacional.
La mañana de este sábado, el club emitió un emotivo mensaje en sus redes sociales, confirmando la triste noticia y rindiendo homenaje a quien fue y será siempre una leyenda del equipo: “¡LEYENDA ETERNA! Nunca olvidaremos lo que hiciste por nosotros, Don Raúl. Vuela siempre alto, como lo hiciste en vida para defender nuestro arco”.
Las reacciones no se hicieron esperar. Las redes sociales se llenaron de mensajes de condolencias y recuerdos de quienes tuvieron el privilegio de verlo jugar. A través de fotos, anécdotas y palabras cargadas de nostalgia, hinchas de todas las generaciones se unieron en un solo lamento por la partida de un verdadero ídolo.
Para muchos de los que lo vieron jugar, Raúl Navarro fue el primer ‘loco’ del arco de Atlético Nacional. Su estilo audaz y su capacidad para realizar atajadas imposibles lo convirtieron en un referente indiscutible. Llegó al conjunto antioqueño a comienzos de los 70, inicialmente para disputar unos partidos amistosos, pero su desempeño fue tan destacado que terminó quedándose ocho años y medio, tiempo en el cual forjó una conexión profunda y duradera con la afición.
En una de sus memorables entrevistas, al ser cuestionado sobre su mejor recuerdo con Atlético Nacional, Navarro expresó con la sinceridad y pasión que lo caracterizaban: “Yo no tuve una época acá, yo sigo en Nacional. Todavía soy hincha del equipo. Puedo decir que estuve como futbolista, después lo seguí por gusto y ahora soy un ferviente hincha”.
El legado de Raúl Navarro Paviato va más allá de los títulos y los logros deportivos. Su amor incondicional por el club y su entrega total en cada partido son un ejemplo y una inspiración para todos los que sienten los colores verdolagas. Hoy, Atlético Nacional despide a un grande, a un ídolo eterno que, desde el cielo, seguirá cuidando el arco con la misma pasión y valentía que lo hizo durante su gloriosa carrera. Que en paz descanse, Don Raúl. Su leyenda vivirá por siempre en el corazón de todos los hinchas verdolagas.
