El estadio Atanasio Girardot vivía una noche vibrante. Atlético Nacional y América de Cali protagonizaban un duelo intenso, de esos que paralizan al fútbol colombiano. Sin embargo, cuando el reloj marcaba el minuto 60, una decisión inesperada sacudió al público verdolaga: el técnico Javier Gandolfi ordenó la sustitución de Edwin Cardona, una de las figuras del compromiso hasta ese momento. En su lugar ingresó Juan Manuel Zapata.
El murmullo en las tribunas fue inmediato. Los hinchas no comprendían la determinación del entrenador, pues Cardona había sido clave con su talento y visión de juego. Pero no solo la afición se sorprendió; el propio volante creativo mostró su inconformidad al salir de la cancha, con un gesto serio y una clara molestia en su rostro. Para muchos, la escena se tornó aún más tensa cuando Cardona evitó estrechar la mano de Gandolfi al momento de su reemplazo.
A pesar de la controversia que se generó en las gradas y en redes sociales, la explicación del estratega argentino no tardó en llegar. Tras la victoria de Nacional sobre el conjunto escarlata, Gandolfi se presentó en la rueda de prensa y despejó cualquier duda sobre su decisión.
“Edwin tenía amarilla y me gusta terminar los partidos con 11 jugadores”, explicó el técnico. “Básicamente, era tratar de alimentar al equipo con piernas frescas, y en ese sector de la cancha donde hay roces, palabras y situaciones, preferí el cambio”.
La lógica del entrenador era clara: proteger a su equipo y evitar cualquier riesgo de quedarse con un hombre menos en un partido de alta intensidad. Sin embargo, no fue la única decisión impopular que tomó en la segunda mitad. Minutos después, también decidió sustituir a Alfredo Morelos, otro jugador que los hinchas querían ver en cancha hasta el final del compromiso.
Si bien ambas determinaciones generaron sorpresa y debate, el resultado terminó dándole la razón a Gandolfi. Nacional supo administrar la ventaja y asegurar una victoria importante en su camino en el torneo. En el fútbol, los técnicos viven de sus decisiones, y en esta ocasión, aunque no fue del agrado de todos, el estratega argentino terminó saliendo airoso con su planteamiento.
¿Estrategia o conflicto interno?
El episodio deja abierta una reflexión sobre la gestión de grupo y la importancia del equipo por encima de las individualidades. Cardona, un jugador de talento indiscutible, tendrá que asimilar que, en algunos momentos, el entrenador priorizará el bienestar colectivo. Y los hinchas, por su parte, podrán debatir sobre la jugada, pero con la tranquilidad de que los tres puntos se quedaron en casa.