La sanción de ocho años que el Comité de Ética de la Fifa impuso ayer al suizo Joseph Blatter, su presidente durante 17 años, y al francés Michel Platini, considerado como su sucesor natural, marca una fecha negra más en 2015 para la organización que rige el deporte rey.
Pese a ser esperado, el castigo no deja de ser impactante. Sus víctimas llevan dos apellidos ilustres del fútbol. Blatter, un coronel del ejército suizo reconvertido en dirigente, y Platini, exfutbolista ganador de tres balones de oro.
Pese a la brecha abierta entre ambos, la sanción vuelve a unirlos ahora igual que en los ya lejanos tiempos en los que el francés fue el elegido por el suizo como su asesor y llamado a ser su sucesor natural.
Blatter y Platini fueron expulsados del deporte por conflicto de intereses y violaciones de corrupción.
En una desafiante conferencia después de que se anunció el veredicto, Blatter dijo que apelaría su suspensión ante el comité de apelaciones de Fifa y el Tribunal de Arbitraje Deportivo.
Por separado, Platini declaró que también planea apelar la suspensión.
Blatter señaló que su destino quedó sellado antes de una audiencia el 18 de diciembre y que la decisión es una maniobra patética para “ocultar una verdadera intención de sacarme del fútbol mundial” .