El nuevo timonel manifestó que conoce bien el fútbol colombiano. Su deseo es quedar en la historia del cuadro verde y hacer una buena Copa Libertadores.
La sala de prensa del Atanasio Giradot llena de periodistas. La calle contigua al escenario antioqueño a reventar de hinchas. Todos con las pulsaciones altas y mucha expectativa. Mientras abrían las puertas del estadio para el ingreso del público para la presentación oficial de la plantilla, la prensa esperaba la llegada de Javier Gandolfi, el nuevo técnico de Atlético Nacional, para su presentación oficial.
Pero hubo que esperar. Primero llegó al cuarto de prensa Sebastián Arango Botero, presidente del club, junto a Gustavo Fermani, el director deportivo. Después de unos minutos de espera, entró Gandolfi: piel morena de bronceado, corte de cabello recién hecho, barba con algunas canas y una forma atlética envidiable.
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Llegó con la indumentaria que utiliza para los entrenamientos: camiseta y sudadera de un verde oscuro que contrasta con el blanco de las iniciales de su nombre y el color fluorecente del cuello. Con la misma indumentaria ingresaron sus ayudantes: uno a uno, como en una fila de colegio, ingresaron Cristian Pellerano (asistente ténico), Damián Solís (preparador físico), Giuliano Lauri (videoanalista), Mauro Cerutti (preparador físico) y Santiago Raymonda (asiste técnico).
Les entregaron la camiseta. Posaron con ella, pero mal. En lugar de mostrar la parte de adelante, dejaron la de atrás. Quizás pensaron que estaban puestos sus apellidos. Pero no. La espalda de la indumentaria estaba en blanco. Solo se veían un par de patrocinadores. Lista la foto rutinaria, se sentaron. Vinieron las preguntas. El técnico respondió todas.
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Primero manifestó que en los dos días que han tenido de entrenamientos, los jugadores han recibido de buena manera la idea de juego que les han planteado. También aclaró que, con las directivas del equipo, han tenido conversaciones claras sobre posibles incorporaciones. Eso, como una manera de amainar la polémica que se generó luego de que Efraín Juárez dijera que no lo tuvieron en cuenta para la contratación de Mateus Uribe y por eso renunció.
Gandolfi fue claro: “Desde que estamos en contacto con la directiva, hemos manifestado que necesitamos reforzar con uno o dos jugadores la plantilla que tenemos. Esa es nuestra idea. En el transcurso del día, o mañana, habrá novedades al respecto”, manifestó el entrenador.
Se especula con que podría traer un enganche, que sea el recambio con Edwin Cardona, teniendo en cuenta que el cuadro verde tendrá competencia tanto en el torneo local, como en la Copa Libertadores. Sobre la participación del equipo en el torneo internacional, manifestó que es un técnico ganador, que le gustan los retos y que, en el día a día, tratará de aportar lo que más pueda para que su equipo sea protagonista de esa competencia.
“Nosotros le vamos a dar elementos al plantel para ir a buscar ese objetivo. Sabemos que llegamos a un equipo grande. El reto más importante que tenemos es que el equipo tenga hambre de ganar en el día a día. Para nosotros se entrena como se juega. Tenemos que llevar al jugador al límite”, agregó.
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Sobre su estilo de juego, aseguró que le gusta que sus equipos tengan la posesión del balón, sumen mucho volumen de juego y sean eficientes al momento de pisar el área del rival. También agregó que sus escuadras suelen ser muy físicas, presionar alto, con intensidad, para recupera el balón tras la pérdida de la pelota. “Nos gusta ser dueños de un partido en cada faceta”.
Eso es, más o menos, lo que hacía el Nacional de Juárez. El equipo del mexicano solía tener una intensidad alta en los primeros 15 minutos del partido que lo llevaba a atacar con desenfreno, utilizando mucho las bandas, para hacerle daño a los rivales. También mostraba fuerza en la zona defensiva cuando lo atacaban. De hecho, empezaba a alejar los rivales de su arco desde la primera línea de volantes, con lo que hacían Juan Manuel Zapata y Jorman Campuzano.
Cuando necesitaban enfriar el juego, teniendo la posesión del balón, Cardona o jugadores jóvenes como Kevin Parra, tomaban el balón y lo manejaban, relentizaban las acciones. Eso lo sabe el nuevo cuerpo técnico, pues manifestaron que desde hace un buen tiempo vienen estudiante el fútbol colombiano. Gandolfi dijo que en algún momento tuvo conversaciones con otros clubes criollos, pero no se concretó su llegada.
“En Colombia hay jugadores que a mi entender están preparados para jugar, rápido, en Europa. Cuando uno empieza a buscar información te dicen cosas que se tienen que vivir para darse cuenta. Hay una calidad de jugadores extraordinarios. Gente de experiencia y chicos que aportarán mucho. El fútbol colombiano está en buena manera para competir en Suramérica”, concluyó.
Gandolfi también tiene una relación cercana con Dayro Moreno. Fueron compañeros en el Tijuana de México, cuando el ahora entrenador aún se vestía de cortos. En su paso por los Xolos, el exdefensa central argentino anotó un gol en los 83 partidos que disputó. Ahora, quiere quedar en la historia de Nacional. Para eso, tiene que ser campeón
