De darse su llegada a la Selección Colombia, Carlos Queiroz estaría dirigiendo sus últimos partidos frente al combinado iraní, con el que se encuentra disputando la Copa Asia.
Ayer, con un empate sin goles (0-0) ante el combinado de Irak, el elenco Melli selló su paso a los octavos de final del certamen, fase a la que ya se había clasificado anticipadamente tras ganarle a Yemen (5-0) y a Vietnam (2-0).
Ahora, el onceno que pasó invicto y como primero de su grupo, espera rival para seguir validando su rótulo de favorito en el certamen.
Y es que tras la llegada del entrenador portugués en 2011, el elenco iraní se ganó la admiración y respeto de sus rivales por ser un bloque riguroso en defensa y rápido al contragolpe; “muy peligrosa y decidida”, la calificó la Fifa.
Esa fórmula, basada en un esquema 4-2-3-1 fue la que lo llevó a dos mundiales consecutivos, el último, en Rusia-2018, siendo la segunda selección -después de Brasil- en confirmar su participación.
Su eliminatoria al Mundial, al igual que su reciente participación en la Copa asiática, fue impecable: de diez encuentros que jugó, ganó seis y empató cuatro, marcó 10 goles y solo recibió dos, encajados en el último encuentro.
Luego, en seis amistosos pre-Mundial logró cuatro triunfos y dos derrotas, con nueve goles a favor y cuatro en contra.
En Rusia-18, a la que llegó con el objetivo de superar la fase de grupos, Irán se enfrentó a dos rivales de peso: España y Portugal. Marruecos también hizo parte de la zona B.
Derrotó a Marruecos 1-0 en su debut y lideró el grupo en la primera fecha. Para los españoles no fue un rival fácil, pese a que lo vencieron 1-0; y Portugal solo pudo sacarle un empate (1-1), siempre basado en el mismo estilo 4-2-3-1. Se despidió de nuevo en fase de grupos pero dejó grata impresión a sus rivales.
“Irán tuvo alguna contra, y después mejoró. Cambió el sistema defensivo y eso no lo supimos entender. Digno rival, hizo un buen campeonato”, comentó Fernando Santos, seleccionador de Portugal tras el duelo que sostuvo ante los asiáticos.
Ese recorrido, sumado a la experiencia y a un proceso de renovación con jóvenes que le dieron un salto de calidad a su Selección, tienen cerca a Queiroz de ganar un título continental, y llegar a Colombia.