x

Pico y Placa Medellín

viernes

0 y 6 

0 y 6

Pico y Placa Medellín

jueves

1 y 7 

1 y 7

Pico y Placa Medellín

miercoles

5 y 9 

5 y 9

Pico y Placa Medellín

martes

2 y 8  

2 y 8

Pico y Placa Medellín

domingo

no

no

Pico y Placa Medellín

sabado

no

no

Pico y Placa Medellín

lunes

3 y 4  

3 y 4

language COL arrow_drop_down

Billy Arce, el crack ecuatoriano que aprendió a gambetear la vida y renació con Atlético Nacional

Tras enfrentar una vida marcada por altibajos, indisciplina y problemas personales, ha logrado reinventarse y encontrar estabilidad emocional y futbolística en Atlético Nacional, impulsado por el nacimiento de su hija, el respaldo del club y la madurez recién adquirida.

  • Billy Arce, junto a su familia, antes del nacimiento de su hija a la que ha publicado con prendas alusivas a Nacional. FOTOs instagram billy arce

    Billy Arce, junto a su familia, antes del nacimiento de su hija a la que ha publicado con prendas alusivas a Nacional. FOTOs instagram

    billy arce

  • Billy Arce nacido en Esmeraldas, Ecuador, se luce con Atlético Nacional tanto en la Liga como en la Copa Libertadores. FOTO MANUEL SALDARRIAGA
    Billy Arce nacido en Esmeraldas, Ecuador, se luce con Atlético Nacional tanto en la Liga como en la Copa Libertadores. FOTO MANUEL SALDARRIAGA
10 de mayo de 2025
bookmark

El fútbol, como la vida, muchas veces exige más que talento. Pide coraje para reinventarse, carácter para levantarse del polvo y fe para seguir creyendo, incluso cuando el camino se vuelve oscuro. Así ha sido la historia de Billy Arce, el ecuatoriano que hoy brilla con luz propia en Atlético Nacional, no solo por su zurda educada o sus goles, sino por la madurez con la que ha aprendido a caminar tras una vida agitada de altas y bajas.

A sus 26 años, Arce es uno de los dos extranjeros en la plantilla del Verde de Antioquia –junto al uruguayo Camilo Cándido– y en los últimos partidos ha sido protagonista indiscutible. Su gol ante Internacional de Porto Alegre, en el marco de la Copa Libertadores, no solo ayudó a escribir una página gloriosa en la historia reciente del club paisa, también fue el reflejo de un hombre que ha vuelto a creer en sí mismo. Tras el partido, el técnico Javier Gandolfi no ocultó su admiración por lo vivido y superado por su dirigido.

“Billy pasó por un momento complicado con su familia... pidió no venir y se le entendió. Primero está la salud y la familia. Desde que resolvió el problema pudo tener la entrenabilidad necesaria para alcanzar este buen presente”.

El drama al que se refiere el estratega no es menor: la hija de Billy, Emma, nació prematuramente y tuvo que luchar por su vida en una UCI. Fueron semanas angustiosas para el futbolista y su esposa, en un país extranjero, con incertidumbre y miedo. “Fue todo muy complicado para mi esposa y mi hija”, confesó Billy con la voz entrecortada. “Varias semanas internada en cuidados intensivos... pero tuve el respaldo del cuerpo técnico, los médicos, la gente de Nacional, y eso lo agradezco profundamente”.

Ese respaldo humano, ese abrazo del club más allá del balón, fue clave para que el joven de Esmeraldas empezara a mostrar otra versión: más serena, más centrada, más comprometida. Porque detrás del futbolista talentoso se escondía un pasado convulso que tantas veces opacó su innegable calidad.

Su camino en el fútbol

Billy fue uno de los primeros frutos dorados de la cantera de Independiente del Valle, junto a joyas como Moisés Caicedo, Piero Hincapié y Willian Pacho. En 2017, su nombre ya retumbaba en Sudamérica como una promesa inminente. Su pegada, su regate y su visión de juego le abrieron las puertas del Brighton de Inglaterra, que compró el 80% de su pase. Sin embargo, nunca llegó a debutar en el primer equipo y comenzó un periplo de cesiones que terminó desviando su camino.

Emelec, Barcelona SC, Liga de Quito, Extremadura de España y nuevamente Independiente fueron testigos de su irregularidad. En 2019, tuvo una temporada para el olvido por temas relacionados con la disciplina durante un estado de excepción... Ese año fue separado dos veces de clubes diferentes. Más adelante, en Peñarol de Uruguay, no encontró la continuidad y otra vez se quedó sin lugar.

Pero la vida, a veces, sabe cómo dar una segunda oportunidad. En 2024, con el corazón golpeado y los errores masticados, llegó al Once Caldas. Ahí volvió a brillar y eso le valió un fichaje al Santos de Brasil. No tuvo mayor espacio (apenas 37 minutos en dos juegos), pero sirvió como puente para su nuevo destino: Atlético Nacional.

¿Cómo llegó el verde a su vida?

Cuando el Verde paisa tocó su puerta, Billy aceptó el reto con humildad. Sabía que debía ponerse a punto, recuperar el ritmo, la confianza y, sobre todo, demostrar que era más que un nombre en los diarios. En eso lo acompañó el cuerpo técnico, el grupo de jugadores y, detrás de todo, su familia.

Su madre, Maribel Caicedo, sonríe orgullosa. “Conociéndolo, sé que va a poner lo mejor de sí en Nacional. Siempre ha sido ambicioso, desde niño quería más, siempre quería jugar en una categoría más arriba”. Maribel y su esposo, ambos docentes, supieron acompañarlo con disciplina y amor. “Desde los 10 años tuvo que alejarse de casa para perseguir su sueño, pero nunca lo dejamos solo”, recuerda.

Billy nació en Manta y fue inscrito por primera vez en el club La Paz, en 2008. Luego pasó por Emelec, donde no recibió lo prometido: ni educación, ni alojamiento, ni siquiera agua. Fue el abogado Walter Sánchez (q.e.p.d.) quien lo ayudó a salir de ahí y lo acogió como un hijo. Años después, Sánchez lo llevó a Independiente del Valle, donde todo cambió. Allí encontró una familia, una estructura y la posibilidad de crecer con dignidad.

Aún hoy, Billy y los suyos guardan una enorme gratitud con los dirigentes Michel Deller y Santiago Morales.

¿Qué dijo un histórico sobre Billy Arce?

Incluso Antonio Valencia, histórico del Manchester United, se rindió una vez ante su talento: “Cómo disfruto viendo jugar a Billy”, escribió en Twitter (hoy X). Y no es para menos. Porque cuando Billy se enfoca, cuando elige el camino correcto, su fútbol florece. Y eso está ocurriendo hoy, en Medellín.

En Atlético Nacional, Arce no solo ha sido clave en el campo; también ha demostrado un compromiso fuera de él. Dice que ahora quiere ser mejor persona, mejor padre, mejor esposo. Que piensa en el futuro y hasta sueña con estudiar Ingeniería cuando se retire del fútbol. Por ahora, vive con intensidad este presente, sabiendo que le costó lágrimas, errores y aprendizajes llegar hasta aquí.

“Era importante para mí agarrar ritmo, recuperar la confianza. Llevaba seis meses sin jugar, pero ahora es fundamental el apoyo del club y de mis compañeros”.

Billy Arce está en paz. Y cuando un jugador con su talento encuentra la calma interior, el fútbol hace el resto. Atlético Nacional ha apostado por él. Su hija le dio una razón más para luchar. Y la hinchada, que empieza a corear su nombre, puede soñar con que esta historia, tejida entre deslices, redención y amor, tenga un final feliz.

¿Qué novedades tendría el verde ante Llaneros este domingo?

El empleo que buscas
está a un clic

Nuestros portales

Club intelecto

Club intelecto

Liga Betplay

Las más leídas

Te recomendamos

Utilidad para la vida

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD