Franco Armani; Daniel Bocanegra, Davinson Sánchez, Alexis Henríquez, Farid Díaz; Alexander Mejía, Alejandro Guerra; Macnelly Torres; Orlando Berrío, Marlos Moreno y Miguel Ángel Borja fueron los once jugadores que el entrenador Reinaldo Rueda alineó en esa noche de idilio verde.
El 27 de julio de 2016 estos once hombres, armados de buen fútbol y con la ilusión de un nuevo título, lograron lo que, precisamente, 27 generaciones atrás habían anhelado: ser campeones de la Copa Libertadores.
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Un gol de Miguel Ángel Borja a los ocho minutos del primer tiempo fue suficiente para que 365 días atrás Atlético Nacional consiguiera su segunda Copa Libertadores de su historia al derrotar, en el global, 2 goles por 1 a Independiente del Valle de Ecuador.
Cuando se escuchó el silbato que daba fin a los 90 minutos de juego comenzó la fiesta verde. Alexis Henríquez no lo podía creer, iba a levantar su segundo título internacional con un club colombiano. Franco Armani corrió como loco levantando sus manos. Miguel Ángel Borja, con cuatro partidos vestido de verde se había convertido en estrella. Alejandro Guerra, en la mitad del campo se desplomó, puso sus manos en la cabeza. Lloró. Era el primer venezolano en conseguir este título. Alexander Mejía y Davinson Sánchez se despedían de Colombia siendo campeones continentales. Hubo alegría, gritos, lágrimas. Habían tocado, por fin, la gloria.
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De esa generación queda poco. De esos once gladiadores que lograron la campaña más exitosa de un equipo colombiano en el torneo más importante del continente permanecen muy pocos dentro de la plantilla verde, que tras el éxito internacional dejó partir a varias de sus figuras, que aunque lejos, no olvidan la gesta que alcanzaron con el club paisa.
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