El Museo Getty de Los Ángeles retó en redes sociales a sus seguidores para que recrearan obras de arte con objetos en casa. La campaña ha sido viral y miles de personas han enviado sus propuestas con lo que está a su alcance: cintas, toallas, almohadas, botellas, gorros, papel higiénico y cortinas. Hubo un Jeff Koons hecho con medias y un Vermeer con trapos en la cabeza (imitando a La chica con el arete de perla). Una réplica de El grito de Edvard Munch parece que sabe bien en una tostada y con vegetales.
El desafío se inspiró en uno similar que había hecho antes el Rijksmuseum de Ámsterdam y la convocatoria de la cuenta de Instagram Between Art and Quarantine. Era la misma dinámica: interpretaciones con elementos del hogar, como una forma creativa y divertida para pasar el confinamiento.
La novedad de las propuestas ha llamado la atención en redes, aunque no es la primera vez que sucede. En el siglo XX se hicieron casos similares. La Galería Tate remonta la práctica de la “apropiación artística” a los movimientos cubistas y dadaístas, al surrealismo de los años 40 y al arte pop de los 50. Los autores tomaban elementos de otras piezas (pintura, poesía, danza) y los alteraban para crear una nueva.
Pablo Picasso, por ejemplo, reinterpretó Las Meninas en descomposiciones geométricas. El pintor y escultor Fernando Botero se ha inspirado en piezas de artistas que admira y hace sus versiones. Para el cuadro “Camera degli Sposi”, con el que ganó un Salón Nacional de Artista en 1958, usó un estilo diferente al original de Andrea Mantegna. Lo mismo sucedió con La Mona Lisa niña (1959) cuya modelo fue inspirada en el famoso cuadro de Leonardo, el pintor de la provincia de Vinci.
El antioqueño Carlos Uribe hizo varias versiones de “Horizontes” de Francisco Antonio Cano, uno de los cuadros emblemáticos de/sobre Antioquia. Horizontes 1999 es una réplica del original, el elemento adicional es una avioneta fumigadora que sobrevuela el paisaje antioqueño. “El cuadro real es de 1913, mi propuesta es de final de siglo y presento la problemática de los cultivos ilícitos. Cambio la ubicación de esos campesinos esperanzados en un horizonte, por una pareja de desplazados donde el trasfondo del paisaje se convierte en un problema”, dijo el artista al Museo de Antioquia en 2013.