En enero de este año se registró en Medellín la historia de Romeo, un gato de la raza Maine Coon que con nueve años empezó a sufrir desmayos esporádicos. Después de muchos exámenes el diagnóstico final fue que Romeo tenía un bloqueo auriculoventricular y por eso, médicos del Centro de Veterinaria y Zootecnia (CVZ) de la Universidad CES le instalaron un marcapasos.
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Nueve meses después la recuperación de Romeo ha sido notable. El gato cuenta con una condición normal “sin presentar ningún síncope de enfermedad cardiovascular”, cuentan los médicos del CVZ en un comunicado de prensa en el que además afirman que el gato aumentó de peso y recuperó pelaje cubriendo las cicatrices de la cirugía.
“En la última revisión de Romeo y mediante ecocardiografía y electrocardiograma se determinó que tenemos estabilidad en la funcionalidad del marcapasos y que no se han desarrollado complicaciones. Su corazón está trabajando muy bien y de manera adecuada”, detalló la doctora María Adelaida Mejía Durango, médica Veterinaria y Zootecnista de la Universidad CES.
También detallan como el felino cambió muchas cosas después de dicha cirugía, comparte juego con Chester, el otro gato de la casa; se acicala, se asolea en el balcón o una ventana, no perdona la siesta y acude a las caricias. Y sus dueños lo llevan cada dos meses al cardiólogo para sus revisiones respectivas.
“El comportamiento de Romeo no ha cambiado mucho, lo único es que no le agrada es que le acaricien el lado donde tiene instalado el marcapasos. De resto sigue siendo el mismo Romeo contemplado, mimado, juguetón, hambriento y en general está muy bien, feliz”, expresó María Clara Orrego, propietaria del animal.
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El Centro de Veterinaria y Zootecnia de la Universidad CES adelanta gestiones con un paciente en Bogotá para practicar la segunda cirugía de implante de marcapasos en un gato a nivel nacional.
