Sin siquiera sospecharlo, a las salas de teatro de Medellín dejaron de llegar asistentes desde marzo, los actores no pueden ingresar a su escenario, las sillas fueron reemplazadas por cámaras y las boletas por conexiones en línea gratuitas y charlas por Zoom. En seis meses, la pandemia ha dejado una huella en este sector, que se resiste a morir, con nuevas creaciones producidas o grabadas a la distancia.
El reto ahora es llevar público sin tener un lugar donde presentarse. Por esto se hace, en formato digital, la novena edición del Festival Vamos a Teatro (4 al 12 de septiembre), en el que se presentarán 25 obras de grupos colombianos e internacionales, además de talleres, conciertos y charlas, con acceso libre y algunas con inscripción previa.
Otra sorpresa en las artes escénicas es el estreno que, de manera independiente, realizará hoy el teatro Oficina Central de los Sueños. Esta compañía lanza a las 8:00 p.m. Íntima, un biodrama –obra en la que se lleva a escena la biografía del intérprete– de la actriz Natalia Martínez. Ella autointerpreta su vida desde que vivía en el municipio de Bello en su infancia, cuando pasa a una adolescencia influenciada por el punk y las drogas. La “complejidad existencial” de esos momentos hacen parte del monólogo.
“Es raro interpretarse a uno mismo. Siempre está la pregunta, ¿cómo lo hago? Con los años se cambia la forma de caminar, mirar y hasta la postura corporal, que es muy diferente a cuando tenía 17”, dice la joven actriz, ahora a sus 30 años.
En la dramaturgia se narra la historia a partir de tres elementos: danza, teatro y artes plásticas. Este último toma como referente la propuesta del escultor Alexander Calder para recrear y unir las diferentes etapas de su vida a partir de móviles (objetos en el aire).
La obra es además “hija de la pandemia”, surge de las incertidumbres y angustias de un grupo por crear, dice su director Jaiver Jurado. Al final del montaje la actriz descubre el teatro como un “vasto campo de lucha y realización humana”.