La Dama y el Vagabundo se estrenó por primera vez en 1955. Habían pasado apenas 18 años desde que Walt Disney Studios había publicado su primera película: Blancanieves y los Siete Enanitos. Fue la primera película animada de Disney en el formato CinemaScope, una innovación que permitiría ver la cinta de manera más ancha, menos cuadrada.
65 años después, el relato de esos dos perros tan diferentes, pero tan enamorados, regresó. Es una de las películas que se estrenó dentro de la plataforma Disney + y que usted podrá encontrar entre su abanico de películas y series.
Ahora la historia de la Dama y el Vagabundo se relata por medio del live action. EL COLOMBIANO habló con el director de la película, Charlie Bean, para discutir algunos desafíos para recrear un clásico como este.
Quisiera conocer más sobre la historia de los perros que interpretan a la Dama y al Vagabundo. ¿Cuánto tardó para el equipo encontrarlos?
“Sí, son los animales reales, Monte y Rose. Nos enamoramos profundamente de estos animales. Fue una experiencia muy interesante y maravillosa cómo unió a todo el equipo porque todos debían estar muy concentrados y callados, ni siquiera había comida en el set. Los dos perros eran el foco. Necesitábamos permitirles concentrarse porque se distraen con tanta facilidad y hay 200 personas alrededor. Entonces era casi hasta un estudio muy Zen”.
¿E hicieron casting?
“Sí, hicimos casting. Los buscamos por todos lados, en cada rincón del país y pensé que era importante, especialmente para el Vagabundo, intentar encontrar animales rescatados. Se lo comenté a Mark Forbes (entrenador principal) e inicialmente yo era tan ingenuo que le pregunté ¿cómo vamos a encontrar a un perro así y que esté entrenado para hacer todas las cosas que necesitamos? Y dijo: lo entrenaremos. Necesitaremos unas cuantas semanas, pero los entrenaré. Eso fue parte del proceso de casting, no fue solo cómo se ve este perro, sino la energía del perro, su inteligencia y enfoque. Así que buscamos por todas partes y Monte fue encontrado a un costado de la carretera, estaba extraviado, era un vagabundo real y lo rescatamos. Muchos de los perros que están en la película los encontramos en lugares de rescate y luego fueron adoptados por el equipo. Esos perros ahora viven con el equipo que hizo la película, fue bastante hermoso. Algunos vinieron de situaciones muy difíciles, entonces fue muy lindo rescatarlos, convertirlos en estrellas de cine y luego encontrar hogares para ellos”.
¿Qué toma en cuenta para que el espíritu de un clásico animado se mantenga en live action?
“Como el director creo que ese es el desafío, tú estás tratando de alcanzar ese objetivo. Es diferente como animador, porque lo que estamos haciendo es tratar de retratar la emoción de lo que le está pasando a estos personajes, su vida emocional, a través de la lente de cómo se comportan realmente los perros. No estamos caricaturizando sus expresiones o sus movimientos, de hecho estamos filmando animales reales y eso necesita coincidir. Estamos cortando entre tomas de perros reales y tomas de perros animados, por lo tanto, debe sentirse como si fuera lo mismo. Así que estudiamos todos esos pequeños movimientos de los animales, cómo se mueven. Hay un valor emocional asignado a esas acciones y la combinación de ellas se convirtió en la metodología frente a cómo transmitiríamos esa emoción
Charlie Bean, director de la cinta. Foto: cortesía Disney
Es un desafío hacer una película con animales, pero quizá es mucho más difícil ese rodaje cuando hay que saber qué parte de la película tiene que ser real o animada. Seguro debe ser muy organizado para hacer eso, ¿ cómo logró tener todo claro?
“Tomó mucha planificación y muchas noches sin dormir para descubrir cómo hacerlo, pero al final, ya sabes, fue poco más orgánico de lo que creo que planeé originalmente. Hicimos el guión gráfico de todo y hubo mucha planificación, pero en última instancia, cuando estás en el set y las cosas están sucediendo, tienes que ser ágil y pivotar para descubrir cómo hacer las cosas. Nuestro proceso se convirtió en intentar de obtener la mayor cantidad de tomas que podíamos con los perros, intentábamos averiguar qué podíamos hacer con ellos y obtuvimos mucho. Hubo otras cosas que simplemente no podíamos conseguir, obviamente, como cuando están hablando. Ahí sabíamos que esas tomas iban a ser animadas. Luego hubo algunas acciones en las que no creíamos que podríamos conseguir que los perros hicieran algo, pero queríamos tratar y ver qué sucedería. Era algo así como esperar que uno de los perros entrara a la toma, mirara a la izquierda, luego mirara a la derecha y diera una vuelta. Eso es un montón, pero a veces lo hacían, más a menudo de lo que nosotros esperábamos. Eran capaces de hacer cosas increíbles, pero luego, cosas muy muy simples que pensábamos que ellos lograrían sin ningún problema en absoluto, no eran tan así. Teníamos una toma en la que la Dama estaba acostada en el regazo de Jim, estaban simplemente sentados en el sofá y nosotros apenas estábamos empujando la cámara lentamente hacia adelante, acercándonos a ellos y luego, cada vez que la cámara se acercaba como a un metro, ella subía la cabeza. Hicimos 27 tomas de ese momento, tuvimos que ser muy ágiles y orgánicos en ese proceso”.
Ha habido múltiples cintas de live action en los últimos años. ¿Habló con algún director de las que se han rodado para pedir algún consejo?
“Cuando vi El libro de la selva pensé que esto era posible, que se podía hacer realmente bien. Creo que esa fue la pista para mí para hacer una película como esta porque es similar en el sentido de que tiene que haber animales que se comportan como animales. Están hablando, pero su comportamiento, al menos de la forma en que Jon Favreau dirigió esa película, que eran muy real, utilizando la forma en que los animales se mueven e incluso las expresiones. Esa fue una gran inspiración para mí y me quito el sombrero ante Favreau y su equipo por cómo hicieron esa película y la estudiamos bastante sobre qué hacer. La tecnología, además, avanza cada año, entonces miramos esa película y miramos qué podíamos hacer diferente nosotros. Lo diferente de esta película es que usamos animales reales e íbamos intercalando entre los animales reales y las versiones animadas de ellos. Eso agregó una nueva capa de complejidad que no se había hecho en ninguna de las otras películas de Disney. Afortunadamente, el productor de esta película fue el mismo de El libro de la selva, así que hablamos largo y tendido sobre ese proceso e incluso su proceso en Christopher Robin que él también produjo. Y sí, me apoyé bastante en él durante el proyecto”.
Los críticos están divididos, están de acuerdo con que es una buena película de entretenimiento familiar, pero que él no conserva el romanticismo y la fuerza del clásico animado. ¿Es demasiado difícil competir con los clásicos que todo el mundo ama? ¿La barrera está muy alta?
“No es muy interesante para mí leer a un montón de críticos. Sin embargo, hacer estas películas de live action no borra el filme original. Se vuelven como un primo del original, ambas películas existen y se siente como si hubiera algo nuevo que explorar en el live action. De ninguna manera busca reemplazar la película original, trabajan juntas, entonces sentí que porque la película original se basó en animales que se comportaban como animales, se sentía interesante explorarla en ese formato. Vi oportunidades de explorar partes de esa historia en las que yo estaba pensando cuando vi la original y en las que quería indagar más. No se compara con la original, porque es hermosa y es tan importante, especialmente como animador. Creo que esta nueva versión no le quita nada de eso, espero que sea una compañera para ella”.