En el horizonte del Castillo de San Felipe se divisa de manera muy cercana el edificio Aquarela, que ha puesto en riesgo el Patrimonio Histórico y Cultural de esa ciudad. Según las autoridades, dicha construcción no solo viola las normas que rigen a una ciudad como Cartagena al ser Patrimonio Histórico y Cultural de la Humanidad, también las normas urbanísticas y de espacio. La torre que está en pie, con casi 94 metros de altura, sería apenas la primera de una serie de torres de 31 y 32 pisos.
En rueda de prensa, la Ministra de Cultura Carmen Vásquez y el Procurador General de la Nación Fernando Carrillo anunciaron que es una obligación demoler el edificio.
El caso había llegado hasta la sesión 43 del Comité de Patrimonio Mundial de la Unesco, que se realizó en Bakú, Azerbaiyán, donde se colocaron plazos para que el Gobierno Nacional solucionara dicho tema, asegurando que la demolición del edificio era la única alternativa a desarrollar.
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“Es una violación del Plan de Ordenamiento Territorial en su altura, con cinco torres de 32 pisos, siendo esta la primera torre de todo el proyecto”, aseguró el Procurador General de la Nación.
Y agregó: “Esa torre no resiste cambio de diseño, con espacios ocupados. Aquí termina la incertidumbre en el tema del edificio Aquarela”.
Según Germán Pardo, Presidente de la Sociedad Colombiana de Ingenieros, quienes acaban de entregar un estudio de más de 100 páginas, “encontraron deficiencias en los enfoques de los diseños y el comportamiento de la estructura una vez se pusiera en funcionamiento. También deficiencia estructural contra incendio y la sismo resistencia”. Una de sus conclusiones fue que no es posible el rediseño por las deficiencias estructurales del edificio y la única opción es la demolición.