Tiene las manos arriba y las mueve sincronizadas con la cabeza. De lejos se le ve que disfruta la música que retumba. Doña Margarita Díaz García, de 62 años, no para de moverse. Está de pie en medio de miles de jóvenes que llegaron este sábado hasta la cancha Cincuentenario a poguear, a gozarse la segunda jornada del Festival Altavoz.
Aunque unos nubarrones grises amenazaban con descargar un aguacero sobre esta parte de la ciudad, ella llegó puntual, a las 3:05 de la tarde, porque a esa hora su hijo Rodrigo Canal entraba en escena: es el baterista de la agrupación Volcán.
“A mí no me dejaron ser rockera en mi época, entonces yo creo que ese ADN se lo pasé a mi hijo. Casi siempre los acompaño a los conciertos, ellos cargan conmigo para todos lados”, comenta Díaz.
Es de Cúcuta, Norte de Santander, y desde hace 32 años se radicó en Medellín. A Rodrigo, desde niño, le inculcó ese gusto por el rock: a los cinco años ya sabía tocar la batería. En la actualidad tiene su propia empresa llamada Efecto Vinilo que promociona artistas independientes especializados en música alternativa.
Cada vez que Volcán termina una canción, doña Margarita aplaude y en los ojos se ve reflejada esa felicidad por ver a Rodrigo en la tarima. Un orgullo que le zarandea el corazón. “Una de mis nietas ya dice que quiere ser cantante y la mayor patrocinadora para que eso se cumpla soy yo”.
Ir a ver a esta agrupación en vivo se ha convertido en un plan familiar. Al lado está Valentina Lopera, novia de Rodrigo, quien también lo acompaña. Dice que es su fan número uno.
“Desde que lo conozco me pone a vibrar el piso, lo conocí en un concierto y desde ese momento tenemos una conexión muy brutal por la música”.
Los cuatro integrantes de esta banda paisa que nació hace dos años y medio son José Hernández (bajo), Rodrigo Canal, Nicolás Wills (guitarras) y David Ospina (voz y guitarra). Visten de una manera particular: llevan overoles naranjados con pintas azules y negras.
“Ponernos estas pintas demuestra que aquí no hay estrato, ni nada de esas cosas. Nosotros tocamos una mezcla de rock alternativo, post-punk, están todas las influencias que hemos tenido durante estos años”, dice José Hernández.
Volcán es energía. A donde llegan conectan con la gente. Incluso, después de su presentación, detrás del escenario se les vio conversando y tomándose fotos con la gente. Conectan bastante, estaban felices.
Los Suziox: los hijos de Castilla
Una de las agrupaciones más esperadas este sábado en el Cincuentenario fue Los Suziox, una banda de punk que surgió en los barrios populares de Medellín hace más de 15 años como una alternativa a lo que ofrecía la sociedad en esos tiempos: la violencia, las balas y las motos.
“Le cantamos a la vida y sobrevivir. En las letras no nos inventamos nada, simplemente hablamos lo que mucha gente opina, pero que lo habla en voz baja”, dice Andrés Ocampo, vocalista de Los Suziox.
Regresar al Festival Altavoz de manera presencial significó para este grupo volver a conectar con su esencia: “Estar cerca del público es la razón de los artistas y más porque el sector cultural fue el más afectado durante esta pandemia”.
Después de un repertorio de casi 25 minutos, por fin se escuchó la canción que tanto esperaron los seguidores de esta agrupación: cuando sonó Miseria el piso vibró mucho más, los asistentes saltaron y movieron de manera sincronizada las cabezas. Todos cantaban en coro. Las luces iluminaron el remolino de gente que no paraba de moverse. Fue como una explosión.
Esta edición número 18 del Festival Altavoz será recordada por haber hecho tributo al sonido local. Y sobre eso opina Diego Londoño, crítico de música, quien dice que “la gente este año le copió a lo nacional”.
Destaca, además, el cambio de fecha que tuvo el evento este año (antes se realizaba en el mes de noviembre): “Fue mucho más amigable para el público, muchos ya están en vacaciones y por lo general por esta época no llueve tanto”.
Al revisar el nombre de las bandas que conforman el cartel, señala que es un buen momento para la música nacional, es un abanico de artistas que ofrecen una variedad de géneros que van desde el rap, el punk, el metal, el blues, el rock and roll, la canción de autor, entre otros.
Finalmente, dice que vienen retos importantes para el Festival de aquí en adelante, y uno de esos tiene que ver con la evolución del espacio.
“Si bien el Cincuentenario nos ha recibido durante mucho tiempo, esto se tiene que transformar, sería muy bonito ver en algún momento a madres y padres compartiendo con sus hijos rock and roll, pero también cumbia o vallenato sin radicalismo porque Altavoz es de la ciudad, no de los rockeros, que sea más incluyente, un festival para la gente y para eso se necesita un lugar mucho más amigable”.
Esta es la programación del Festival Altavoz para este domingo, 12 de diciembre: