La polémica alrededor de la película y su protagonista ha traído otra vez a la discusión pública este fenómeno cultural.
“Me quieren aplicar el cancel culture”: esa fue la conclusión que compartió Karla Sofía Gascón la semana pasada en un comunicado, en respuesta a la decisión de Netflix de retirarla de la campaña promocional de Emilia Pérez por el Óscar 2025. La polémica y aclamada película cuenta con 13 nominaciones, lo que la convierte en la más destacada de esta edición de los premios, uno de los más importantes de la industria cinematográfica.
El ascenso y caída de Gascón fue rápido. En pocos meses pasó de ser ovacionada en eventos como el Festival de Cannes a tener una horda de haters cibernéticos en X, TikTok e Instagram. Luego de que el 5 de febrero la periodista Sarah Hagi “desenterrara” varios trinos racistas e islamófobos realizados por la actriz entre 2020 y 2021, la “cancelación” comenzó a tomar forma. Mientras Gascón continuó defendiéndose a ultranza, cientos de miles compartieron publicaciones señalando sus cuestionables declaraciones y Netflix le cerró la puerta de manera definitiva.
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En los últimos años, la cultura de la cancelación ha sido un tema –y temor– que se ha mantenido entre las figuras públicas. Varios casos célebres hay por mencionar: uno de esos es el del actor Johnny Depp, quien fue ampliamente criticado debido a las afirmaciones que realizó su exposa, la también actriz Amber Heard. Esto le costó varios papeles, pero también el triunfo de un juicio de 50 millones de dólares por difamación.
Desde la literatura también está J.K. Rowling, la autora de la célebre saga Harry Potter, quien desde 2019 ha sido “cancelada” por sus posturas “transfóbicas” respecto al sexo y el género. Inclusive fanáticos del universo narrativo han tachado de los libros el nombre de la escritora y algunos actores de las películas, como Daniel Radcliffe, se han desligado de ella.
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Más allá de aquello que es aceptable ética y moralmente en un contexto social, la cancelación habla de la manera en cómo están diseñadas las redes sociales. Paola Hincapié, experta en redes sociales y directora de la agencia El Grifo, explica que este fenómeno cultural puede entenderse a partir de la hiperpersonalización que ofrecen las plataformas digitales. “El algoritmo es una aplanadora cultural. Ahora nuestros perfiles y los contenidos que vemos están hechos a nuestra medida. Entonces aquello que nos aparece es eso con lo que estamos de acuerdo, pero cuando vemos algo que se sale de ese algoritmo o sistema de creencias, nos vamos contra él porque sabemos que detrás hay otros cientos de personas que comparten mi opinión”, explica.
Así se genera la viralidad de la cancelación, cuyo mayor problema, finalmente, es el “vértigo informativo” que implica, como lo señala Omar Mauricio Velásquez, profesor de la Universidad EAFIT. Esto quiere decir que las redes van a un ritmo acelerado y en la cancelación más cuando se trata de mirar al pasado.
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Para expertos del mundo de Hollywood fue una sorpresa que, antes de iniciar la campaña por el Óscar, Netflix no ha decidido eliminar las publicaciones viejas de Gascón. Algunos vaticinan que este escenario podría marcar la transformación de las campañas futuras por este tipo de galardones.
A pesar de eso, las redes no olvidan. En ese sentido, Hincapié explica que allí “nada muere”, ya que después de algo ser publicado se sale del control de su autor. A este mismo asunto, Velásquez añade que actualmente hay “una hipervigilancia al pasado de las personas y sus opiniones”.
En cuanto al perdón o al olvido es difícil definir cuál de los dos llega más rápido. La experta en redes sociales cree que estas plataformas están llenas del segundo, mientras Velásquez piensa que “siempre hay alguien encargado de recordarnos que hay personas relevantes públicamente que han cometido errores”.
Para algunos, si bien los trinos de Gascón son “inexcusables”, lo que ha sucedido con la primera mujer abiertamente trans en ser nominada a los Óscar es un “linchamiento”. Así lo dijo el director de cine, Juan Antonio Bayona este fin de semana en los Premios Goya. Para otros, alejarse de estas plataformas por un tiempo podría ser la mejor opción. La psiquiatra Marian Rojas Estapé, autora de los libros más leídos en Colombia, lo recomendó en el programa El Hormiguero esta semana, cuando le preguntaron por un caso de un trabajador que no logró su ascenso por culpa de viejos trinos.
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Por ahora, después de mostrarse combativa y “guerrillera” –como ella misma se describió en una entrevista con The New York Times en agosto de 2024–, Gascón ha optado por el silencio. Solo queda ver cómo este escrutinio de su pasado cambia el rumbo de la temporada de premios.
