Liu Yiqian, un multimillonario chino, compró en noviembre de 2015 uno de los tres desnudos de Modigliani, que están entre las 20 obras más costosas del mundo, con su tarjeta American Express: US $170,4 millones de un tajo, acumulando millas para viajar de por vida. El arte en el siglo XXI, si algo tuvo, fue compradores que rompieron récords.
Aunque ha estado dominado en ventas por la pintura, ha habido unas que se salieron del formato, como los bananos de Maurizio Cattelan, adquiridos por US $120.000, cada uno, en Arb Basel en diciembre pasado; o el tiburón en formol que le compraron a Damien Hirst en 2004 por US $12 millones.
El arte en el XXI continuó la ola que desató Marcel Duchamp con su famoso orinal y con el que declaró que arte era lo que el artista señalaba como tal. Hasta ahora, su precepto se mantiene con adaptaciones contemporáneas: “Habitamos un mundo tecnológico en el que nuestra intimidad y los lugares por los que se despliega y habita son también lo público y lo político, lo común, lo visible. Desde ese espacio cercano y muy localizado, fluyen las sutilezas de una nueva sensibilidad que es más responsable y delicada con lo vivo, con las diferencias y las similitudes”, dice Luz Imelda Ramírez, doctora en Historia del Arte.
No se puede entender la historia del arte de estas dos décadas sin conocer cómo se ha comportado el mercado. La obra por la que más se ha pagado en la historia es Salvator Mundi, atribuida a Leonardo da Vinci. En 2005 fue comprada por un coleccionista por US $10.000; 12 años después, en noviembre de 2017, fue vendida a un precio récord de US $ 450 millones.
Esta es una lista con las 20 obras más caras en 20 años. Muestra que el mercado sigue produciendo récords.
*Fuentes: Art Cash, Work and
Money y World Economic Forum