El músico cubano prepara el lanzamiento del disco veinte en su carrera. Cuenta con las colaboraciones de Gilberto Santa Rosa y Alexander Abréu.
Alfredo de la Fe y Gilberto Santa Rosa protagonizan el video de Salsero al mango, una de las canciones del disco Legado, del violinista cubano
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Alfredo de la Fe es uno de los nombres básicos de la salsa brava. Su trayectoria de violinista incluye colaboraciones con Tito Puente, Cheo Feliciano, Eddie Palmieri y las estrellas de la Fania All-Stars. Se trata de uno de los pesos pesados del sabor antillano, de ese sonido que nació entre Cuba y Puerto Rico y adquirió la mayoría de edad en las calles y los bares de Nueva York.
Por tal motivo el lanzamiento del álbum Legado —del que se conoce la canción Salsero al mango, en colaboración con Gilberto Santa Rosa— es un acontecimiento para el circuito salsero de América Latina. EL COLOMBIANO conversó con el cubano que desde hace décadas vive en Colombia.
Su conexión con el país es de tal dimensión que su cédula de ciudadanía fue entregada en Medellín, a donde llegó para pasar un fin de semana y terminó por quedarse once años.
El disco —el vigésimo de la carrera de De la Fe— se lanzará completo el martes 23 de agosto. También se ajustan los detalles de una gira de concierto con su orquesta por ciudades colombianas y extranjeras.
“Mira, Tito Puentes decía que la salsa se hacía con tomate, con cebolla, y que se le echaba a la carne para que supiera más rica (risas). La salsa es la expresión de un pueblo. Al principio tuvo su origen en Cuba. Luego nosotros creamos un sonido que era callejero, neoyorquino. Hicimos un nuevo estilo usando la raíz cubana. Creamos algo que años después Jerry Masucci le puso salsa. Muy inteligente porque puso todo junto: antes uno hablaba de una guaracha, de un son montuno, de un guaguancó, de un chachachá y él le puso salsa a todo y lo recopiló”.
¿Cómo la hace Alfredo de la Fe?
“Siempre he hecho la salsa con el corazón. La he hecho tomando en cuenta que el creador, cuando nací, me tocó con una varita y me dijo: tú vas a dar amor. Hago salsa tratando de darle amor a todo el mundo. Como lo hacíamos todos en esa época: como lo hacíamos con Héctor Lavoe, con Celia, con Cheo. Esa era una música que transmitía amor. Por eso es que hoy, tantos años después, sigue vigente. Grabamos Legado como lo hacíamos con La Fania.
La esencia de esta producción es salsa dura. Le puse Legado precisamente porque es mi vivencia con Celia, con Tito, con Eddie Palmieri, con la Fania. Ese compendio ha hecho de esta producción mi legado musical. Mi intención es que dentro de unos años —cuando yo no esté— la gente pueda escuchar esto como hoy escucha lo de Héctor Lavoe y decir esta música transmite”.
De alguna manera, Salsero al mango es una historia de la salsa...
“Este tema lo trajo a la mesa César Correa, el pianista. El tema es del compositor peruano Óscar Colchado. Cuando nosotros oíamos esta canción dijimos: ‘Esta es la que es’. Enseguida me vino a la cabeza Gilberto Santa Rosa. Él es muy fanático de La Típica 73, de la que hice parte. Cuando lo llamé y le dije “Gilberto, tú me cantarías este tema”, dijo que sí de una. No solo cantó el tema sino que en el medio de su gira sacó dos días para venir a Barranquilla, que es donde hicimos la producción.
En Legado tenemos temas que son un poquito más urbanos, que quieren llegar a un público más joven. Hoy en día no hay buena salsa. Lo digo y me da pena con mis colegas. Lo que se hace es algo muy efímero, dura tres meses y después se olvida. Sin embargo, cuando escuchas a Lavoe, a Cheo, a Ismael Rivera sientes otra cosa. Y eso es lo que pretendo: que cuando no esté en este plano quede un legado”.
¿Qué papel jugó en su carrera la salsa colombiana?
“Cuando oigo a Fruko —y lo conocí antes de venir a Colombia— escucho algo distinto a lo que nosotros hacíamos, pero igual de bueno. Tiene el poder de llegarle a la gente. Cuando escuché Niche —tuve el placer de grabar con Jairo Varela—, cuando escuché a Joe Arroyo, cuando escuché el grupo Caneo, cuando escuché el grupo Galé, supe que la salsa colombiana tenía una identidad. Cuando entras a un sitio y suena salsa colombiana no necesitas mucho para saber que es salsa hecha en Colombia. Y eso la hace muy especial” .