Los penaltis fueron la fórmula para que Chile repitiera el título de la Copa América después de un intenso partido que culminó 0-0 en los 90 minutos reglamentarios y el alargue.
Tanto Claudio Bravo, como Sergio Romero, los porteros de ambas selecciones, se convirtieron en las figuras de la noche tras evitar una y otra vez que sus porterías fueran vencidas. Por momentos Chile tomó la iniciativa, pero Argentina respondía, sobre todo, con los acostumbrados arranconazos de Lionel Messi.
En el primer tiempo la historia parecía que iba a tener un desenlace feliz para los argentinos que salieron decididos a buscar el título, una celebración que les ha sido esquiva desde el Mundial de Brasil-2014. En ese evento cayeron en la final ante Alemania; un año más tarde pensaban que iban a tener el desquite al llegar a la final en la Copa América de Chile-2015, pero los anfitriones levantaron el torneo.
Así que todo el mundo estaba esperando que en la edición centenaria, Argentina dejara atrás tantos sinsabores en 23 años (la Copa América de 1993 fue su último título). Así que llegaron al partido pensando que su tercera final consecutiva iba a ser la vencida.
Esos primeros 45 minutos fueron de dominio argentino y la expulsión del chileno Marcelo Díaz les iba clarificando el camino. Pero mientras pasaban los minutos las cargas se iban igualando.
Gonzalo Higuaín tuvo la oportunidad más clara de abrir el marcador tras robarle un balón a Gary Medel, pero definió mal a la salida del arquero Claudio Bravo.
Antes del cierre del primer tiempo fue expulsado también el lateral argentino Marco Rojo y volvió la paridad en las acciones de juego.
En la segunda etapa Chile salió con determinación y le taponó los caminos a Messi, por lo que a Argentina se le dificultó la generación de fútbol y la selección roja insistía en el ataque. Ya las figuras de Argentina no eran los hombres de arriba, sino que Javier Mascherano y el portero Sergio Romero tomaban relevancia.
Finalmente el marcador no se desequilibró y en la tanda de penaltis desperdiciaron Arturo Vidal y Lionel Messi. La victoria estaba en los pies de sus compañeros y ahí los chilenos fueron más efectivos al marcar con Nicolás Castillo, Charles Aránguiz, Jean Beausejour y Francisco Silva. Mientras que por Argentina también desperdició Lucas Biglia para que los chilenos se coronaran bicampeones.