La Clínica Universitaria Bolivariana acaba de alcanzar un escalón más en su camino de mejoramiento continuo: la Acreditación en Salud otorgada por el Icontec. Este reconocimiento, explica su director Carlos Alberto Restrepo Molina, tiene un propósito fundamental: ratificar el compromiso con sus grupos de interés brindando servicios centrados en el paciente y su familia, sustentados en la humanización de la atención, la seguridad en la atención, la gestión del riesgo, la gestión de la tecnología, la responsabilidad social, el mejoramiento continuo y la consolidación de la cultura organizacional.
No es poco el reto, pues, como lo reconoce Restrepo Molina, “la Acreditación no es una meta, es un proceso continuo de revisión y seguimiento”.
Pero, ¿qué es esto de la Acreditación en Salud? Explica el Director, que la Acreditación en Salud es un nivel más alto de calidad y es voluntaria: “Es lograr escalar otro peldaño, con unos estándares de calidad superiores”. La Clínica toma la decisión de acreditarse, porque dentro de nuestra cultura organizacional, los atributos de alta calidad hacen parte de los planteamientos filosóficos de la institución, como Universidad y como Clínica”, expone Restrepo Molina.
Alcanzar este logro fue un proceso de ocho años, en los cuales por medio del mejoramiento continuo y la autoevaluación, se buscó que todas las áreas de la Clínica obtuvieran resultados óptimos con altos estándares de calidad.
“Tenemos la capacidad institucional de identificar nuestras debilidades para convertirlas en oportunidades de mejora y gestionarlas con el fin de hacer las cosas cada vez mejor. Asimismo, estamos en capacidad de identificar los aprendizajes organizacionales y convertir lo que estamos haciendo bien en fortalezas” sostiene el Director, lo que redunda en beneficios para todos sus grupos de interés: colaboradores, pacientes y familias, proveedores, estudiantes, comunidad, Estado y el propio sistema de salud. Para hacerse una idea de lo relevante del logro alcanzado, en Colombia hay un poco más de 10.000 IPS habilitadas, pero solo 37 de ellas tienen la Acreditación en Salud.
Lo que viene para la Clínica
Acreditarse tiene sus ventajas. Por ejemplo, una institución de salud acreditada, puede dar el paso para convertirse en zona franca, con los beneficios tributarios para la importación de equipos biomédicos que ello conlleva.
También, cuando los grandes prestadores de servicios de salud, las EPS, estructuran sus redes de servicio, miran con ojos diferentes a las IPS acreditadas frente a las que no lo son. Para los usuarios de planes de medicina prepagada o pólizas, también una IPS acreditada es más atractiva.
“Uno de los valores adicionales que va dejando este proceso, son los impactos positivos”, agrega Restrepo Molina. “La Acreditación pone las reglas de juego, no las define la propia institución, bajo los componentes de enfoque, implementación y resultados, entendidos estos últimos no como una tarea hecha, sino como el impacto logrado”.
Un ejemplo de ello es que la Clínica Universitaria Bolivariana redujo las infecciones asociadas al cuidado en un 59 por ciento, pasando de un sistema pasivo a un sistema activo de vigilancia epidemiológica, gracias a la implementación de procesos de mejoramiento continuo. Pero el verdadero reto es mayor: lograr la certificación como Hospital Universitario.
Hospital Universitario
La historia de la Clínica Universitaria Bolivariana está, cómo no, atada a la de la Universidad Pontificia Bolivariana y a su Escuela de Ciencias de la Salud, con sus facultades de Medicina y Enfermería.
La Clínica provee sitios de práctica para los estudiantes de Medicina y de Enfermería de la UPB, pero también de otros programas del área de la salud de la ciudad y el país, por medio de convenios de docencia y servicio.
“No solo somos una unidad asistencial, un prestador de servicios, también somos una unidad académica de la Universidad. La Clínica Universitaria Bolivariana tiene un currículo para gestionar el conocimiento y un modelo de gestión curricular como cualquiera de las escuelas de la UPB. En ese compromiso de transferir y de gestionar el conocimiento, lograr la certificación como Hospital Universitario es tener el reconocimiento de que los criterios de investigación y docencia que tenemos están totalmente validados”, explica Restrepo Molina.
Para lograr ese reconocimiento, la Acreditación se convierte en un requisito indispensable, cumplido ya ese paso, la Clínica está construyendo la última autoevaluación que enviará al Ministerio para luego solicitar la visita de los pares.
“Esperamos que a finales del primer semestre de 2018, tengamos la respuesta final sobre esta Acreditación y estar entonces certificados como un Hospital Universitario”, continuamos comprometidos con los altos estándares de calidad y la sostenibilidad en el tiempo de la Clínica, pese las dificultades que tiene el sector salud, afirma el Director
“Tenemos el plan maestro y el plan de masas aprobado por Planeación Municipal para crecer el doble de lo que tenemos actualmente, pero hay que hacer un ejercicio muy juicioso de la viabilidad financiera”, concluye el director Carlos Alberto Restrepo Molina.