La semana pasada, la vicefiscal general María Paulina Riveros afirmó que su despacho estaría dando periódicamente balances sobre los avances de las investigaciones que se adelantan por la muerte de siete campesinos en zona rural de Tumaco, al parecer a manos de la Fuerza Pública el pasado 5 de octubre.
Pues bien, esos anuncios podrían estar relacionados con lo publicado por Caracol Radio sobre el primer informe preliminar de balística en el que se revela el examen hecho a los 70 fusiles que tenían en su poder los policías y militares que estaban en el lugar de los hechos.
Según lo dicho por esa emisora, el calibre de las ojivas que impactaron y le causaron la muerte a los cocaleros es el mismo que utilizan los fusiles de la Fuerza Pública: 5.56.
A pesar de eso, la información publicada no precisa que esos proyectiles fueron disparados por el armamento oficial y que tiene la Fiscalía en su poder.
La duda que queda en lo revelado por el medio nacional es que las víctimas recibieron los disparos por la espalda, incluso que ingresaron de abajo hacia arriba, sentido contrario de la posición en la que se encontraban los uniformados del Estado cuando ocurrió el ataque.
En el trabajo de la Fiscalía se espera que los testimonios de las personas que resultaron heridas, así como de los integrantes de la Fuerza Pública, sean fundamentales para el desarrollo de las pesquisas. También se adelanta el trabajo que podría determinar si efectivamente, como lo denuncian los campesinos en Tumaco, las balas que acabaron con la vida de siete personas salieron de los fusiles de dotación oficiales.
Por su parte, uno de los campesinos que resultó herido el pasado 5 de octubre, le contó a Telepacífico Noticias que “efectivamente fue la Policía la que les disparó a los civiles y que en ningún momento el fuego vino por sus espaldas”.