La senadora Nadia Blel denunció protestas frente a su casa, donde fue acosado su hijo menor, tras el hundimiento de la reforma laboral. Acusó a congresistas del Gobierno de incitar estas acciones y criticó la invasión de su espacio familiar. El presidente Petro defendió el derecho al diálogo ciudadano.
La senadora Nadia Blel, presidenta tanto del Partido Conservador como de la Comisión Séptima –la misma que semanas atrás hundió la reforma laboral–, denunció este viernes que un grupo de manifestantes, azuzados supuestamente por congresistas de la coalición del Gobierno de Gustavo Petro, protagonizaron protestas frente a su vivienda en Cartagena, llegando a acosar a su hijo de tres años.
Al compartir videos de varias personas apostadas frente a su casa y lanzando arengas contra ella, la congresista calificó la manifestación como “ilegal” y sin permisos. “Allí se encontraba mi hijo menor de edad junto a sus amigos. Este acto no solo viola las leyes de nuestro país, sino que también traspasa los límites del derecho legítimo a la protesta, el cual tiene normas y restricciones claras”, dijo.
Advirtiendo que lo ocurrido es una conducta de acoso, Blel sostuvo que “no es ni decente ni aceptable que se utilice la casa de una persona como escenario para descargar frustraciones o pasiones políticas”. Por ello, ratificó que la vivienda de cualquier ciudadano “es un espacio inviolable, un lugar sagrado para su familia, no un blanco de intimidación”.
“Yo jamás promovería un acto semejante contra nadie, porque entiendo que en la política debe haber límites, y que no todo se vale. Quien apela a este tipo de acciones no solo se desacredita, también pone en riesgo la convivencia democrática”, agregó la congresista, quien reclamó que detrás de la protesta hubo “personas que tienen la responsabilidad de hacer leyes y que dicen defender los derechos humanos”.
Ante lo ocurrido, el presidente Gustavo Petro reaccionó y reivindicó que los congresistas “no deben temer por dialogar con su pueblo”. No obstante, aseguró que ese tipo de hechos deben hacerse “de manera tranquila, respetando la intimidad, que es la última trinchera de la libertad, pero hay que dialogar, y no cerrar la puerta, todo congresista es responsable de su voto ante su pueblo”.
Inclusive, el jefe de Estado llegó a decir que “los tiempos de comprar votos y de tratar al elector como simple objeto o sirviente se acabaron”. Por ello, llegó a sugerir que la familia Blel debería hacer reuniones para explicarle a la ciudadanía por qué hundieron la reforma laboral. “El Gobierno les garantiza la seguridad”, agregó.
Además, sostuvo que la consulta popular que promueve busca “abrir el camino tranquilo de la decisión popular en las urnas, no nos eche la culpa por lo que usted misma provocó, senadora Blel. Se trataba de que Cartagena y Bolívar dejaran de tener por fin trabajo esclavo, usted senadora, impidió eso. Dialogue tranquilamente con su pueblo sobre porque decidió eso”.
Las declaraciones del mandatario provocaron una réplica de la senadora, que defendió el diálogo y la concertación, al tiempo que señaló que sus decisiones parlamentarias –al margen de la supuesta compra de votos y el trato al elector como “sirviente”–, son fruto de ese espíritu de oír, ajustar y proponer.
“Lo que reclamo, presidente Petro, es que así como sus hijos menores de edad tienen derecho a no ser acosados en estadios, parques temáticos, el colegio o las redes sociales, entre otros, como lo ha denunciado usted, y sin importar qué decisiones políticas haya tomado usted, mi hijo de tres años tiene el mismo derecho y no es justificable la agresión organizada y planificada por ninguna razón”, agregó.
Por otro lado, sostuvo que no compartir decisiones políticas no es argumento “para justificar lo que hicieron congresistas y funcionarios de su Gobierno acosando a una familia. Intentar justificarlo entre líneas es incentivar nuevos acosos por sus seguidores. No todo vale. Una Colombia polarizada, con odio y sin respeto no es lo que quiero para mi hijo y ningún otro niño”, precisó.
