En el Gobierno varios miembros del gabinete, empezando por el presidente Gustavo Petro, dan por sentado que en los próximos días la Comisión Séptima del Senado les va a hundir la reforma a la salud como lo hizo hace algunos días con la reforma laboral.
El ministro del Interior, Armando Benedetti, se lo confirmó a EL COLOMBIANO en una entrevista reciente: “Vamos a esperar a que nos derroten”, dijo sobre ese proyecto que es del corazón del Gobierno, aunque abrió también la posibilidad a que esa Comisión discuta el articulado, que viene aprobado en segundo debate por la Cámara de Representantes, más afín a las “reformas sociales”. Por eso, el Ejecutivo no ha retirado el proyecto, pero varias fuentes señalan que es por solo cumplir con el trámite legislativo y, una vez hundido, volver a insistir en el “bloqueo institucional” y reforzar la campaña por la consulta popular.
En una visita la semana pasada a la inauguración de un centro de salud en Norte de Santander, el presidente Petro aseguró: “No necesitamos del Congreso para reformar la salud (...) Esta reforma debe implementarse lo antes posible, no vamos a esperar al Congreso porque no lo necesitamos, porque se puede hacer bajo las actuales leyes, solo se necesita audacia y decisión”.
Ese pronunciamiento refuerza la idea del mandatario frente al rompimiento anunciado entre el Gobierno y el Congreso. En la práctica, tanto con el hundimiento de la reforma laboral como con lo que venga para la de la salud, el presidente Petro cree que deben utilizar los decretos para reglamentar lo que sea pueda legalmente y lo demás intentar sintetizarlo en las preguntas de la consulta; estas no pueden ser abiertas sino deben preguntar “sí” o “no” a aspectos puntuales del articulado.
Según conoció este diario, las carteras de Trabajo e Interior están trabajando junto a la Secretaria Jurídica de la Presidencia para definir ese cuestionario que inicialmente el presidente Petro planteó en combo con ambas reformas. Algunos funcionarios dicen en voz baja que no sería conveniente incluir asuntos de la salud en la consulta popular por el contexto de crisis que atraviesa el sistema frente a la escasez de medicamentos. Preocupa en el Gobierno el lobby que varios sectores podrían hacer ya no solo para promover el abstencionismo sino contribuir a que la plenaria del Senado no apruebe siquiera la convocatoria de la consulta. Aunque en las cuentas del ministro de Trabajo, Antonio Sanguino, está que 60 senadores aprueben la convocatoria, según reveló a este diario.
De hecho, este lunes, el jefe de Estado publicó un mensaje que ratifica la hostilidad frente a la Comisión Séptima del Senado y otros sectores como el empresariado: “Esta es una mentira de Bruce (Mac Master), porque se aumentó el pago de la UPC a las EPS en este Gobierno mucho más que en el de él. Pero cuando el gobierno de Bruce les giró la plata, se robaron la plata. ¿Quién pagará dinero a algunos congresistas de la comisión VII?”, dijo el mandatario en referencia a una crítica del presidente de la ANDI (Asociación Nacional de Industriales) sobre la crisis del sistema de salud.
Este lunes, el presidente fue más allá y dijo que “el poder Legislativo siempre ha sido apéndice del Ejecutivo porque siempre se han transando los votos en favor de leyes dañinas al pueblo (...) Esta vez es diferente y lo que deben reflexionar los senadores, no es si son apéndices del Ejecutivo, sino si son apéndices del pueblo como en toda democracia debe ser”.
Cuentas en el Senado y lo que viene
La Comisión Séptima del Senado, que fue la que en abril del año pasado hundió la reforma a la salud y hace unos días la reforma laboral, está estudiando el proyecto y, por lo pronto, no se ha radicado ninguna ponencia de archivo. Incluso, aún no se han nombrado ponentes por lo que fuentes del Congreso aseguran que esta semana es probable que no haya una decisión determinante.
Por el contrario, según la presidenta de la Comisión, Nadia Blel, parece que va a haber discusión: “Las puertas de la comisión siguen abiertas para todos los actores, especialmente para los usuarios y pacientes que, como lo hemos dicho siempre, son el corazón y la razón de ser del sistema”.
Sin embargo, las cuentas del Gobierno en esa Comisión no dan para evitar el archivo y parece ser que se va a repetir la historia de los nueve votos negativos, solo que esta vez está la consulta popular a la vuelta de la esquina.
La senadora de la ASI, Berenice Bedoya, que hace parte de la Comisión, le dijo a EL COLOMBIANO que “esta reforma (a la salud) viene peor que la que se hundió. No voy a decir que la salud estaba bien en el país. Había muchas inconsistencias. Pero esta postura negativa que voy a tener –seguramente los compañeros también me van a acompañar–, va a hacer que el presidente presione más de lo que ha presionado el tema de salud”, señaló la senadora cantando su voto negativo.
Precisamente, el debate de la reforma a la salud se está dando por fuera del Congreso y actores como el expresidente Álvaro Uribe, líder del Centro Democrático, están llamando a las calles para oponerse a esa y otras reformas.
En un recorrido en el barrio Manrique de Medellín este fin de semana, el exmandatario dijo: “Por eso tenemos que resistir y oponernos a eso, y oponernos no solamente en el Congreso, sino en las calles de Colombia, como en Manrique”. Además, en sus redes sociales se refirió al respecto: “No puede ser que las EPS acepten ser apéndices (gestoras) de un monopolio estatal, socialista, politiquero, del cual tendría que depender toda la ciudadanía. Se requiere resistir la estrategia del Gobierno (...)”, dijo en respuesta a uno de los puntos más polémicos de la reforma a la salud.
Lo cierto es que el escenario es el hundimiento de la reforma en la Comisión Séptima del Senado y como están las cosas eso podría darle aún más gasolina al discurso del presidente Petro para hacer campaña a favor de la consulta incluyendo puntos de ambas reformas: laboral y de salud.
