Razón tenían los abuelos: “un traguito de aguardiente en ayunas para matar las amibas y coger fuerza” o “uno al año no hace daño”. Sin embargo, cuando son muchos, el organismo de la persona que ingiere licor empieza a generar unos cambios internos que a corto plazo no se pueden notar y llegan solo a las complicaciones por un guayabo, pero que con el transcurrir de los años deriva en enfermedades coronarias, de hígado o gástricas.
En este sentido, elcolombiano.com habló con Ubier Gómez, médico toxicólogo del Hospital Universitario San Vicente Fundación sobre los beneficios de no tomar licor y también de las consecuencias de hacerlo en demasía. El experto da detalles claves, y aunque recomienda un bajo consumo de las bebidas alcohólicas, no las restringe. Tome nota y licor, pero con cuidado.
¿Qué beneficios hay para una persona que no consuma licor en un periodo de un mes?
“Hay una mejor absorción de los alimentos y se nutre de una manera equilibrada, porque no hay licor que queme la vellosidades intestinales; el hígado empieza a tener una regeneración importante a partir de las tres semanas y si no es un hígado que esté cirrótico se recupera completamente en un mes. Disminuyen las posibilidades de enfermedades pulmonares y se normaliza la función de limpieza de este órgano. Con una sola vez que uno se embriague hay una serie de cambios muy importantes, por ejemplo disminuyen unos receptores que se encargan del sueño, generalmente cuando esa persona deja de beber un mes el sueño se le normaliza. Disminuye la irritación gástrica. Con el alcohol se aumenta la presión arterial, por eso hay muchas personas que no son hipertensas, sino alcohólicas, que no han dejado de beber tres semanas y mantienen la presión alta y la presión tiende a bajar después de una semana que deja de ingerir alcohol”.
¿Cuál es el efecto que produce el alcohol en nuestro organismo?
“Beber una copa de vino diaria es bueno, pero cuando se bebe más de eso afecta todos los órganos y sistemas. Cuando se toma más de dos o tres tragos altera la flora de la boca y cambia la proporción de microbios y hay más inflamación de las encías, la lengua y más úlceras.
Cuando se traga el licor disminuye todos los esfínteres del esofágico interior, favorece el reflujo, ese reflujo produce irritación y hay una exposición a una lesión precancerosa que se llama el esófago de Barrett. Al llegar al estómago produce gastritis y puede producir sangrado, en altas cantidades lleva a la atrofiación de células que se encargan de la absorción de la vitamina B2, la mayoría de los alcohólicos tienen deficiencia en esta vitamina y la ausencia de vitamina B2 lleva a la anemia, la depresión y la esquizofrenia. Las velocidades intestinales las quema y no hay una absorción de los nutrientes, hay una desnutrición crónica aunque haya un consumo normal de comida, y es muy normal que se presenten diarreas en los pacientes que consuman grandes cantidades. Como esto se absorbe y va al hígado promueve la destrucción y muerte de las células del hígado que cicatrizan con colágeno y va generando una cirrosis que ya es evidente a los 10 años de haber iniciado el consumo de licor”.
¿Qué otras consecuencias puede generar?
“Cuando uno se toma una cerveza orina dos y en la orina se va el calcio y ahí podría ocasionar una osteoporosis, se va el magnesio y eso favorece arritmias, que desde el punto de vista cardiovascular y que las personas que sufren arritmias no deberían consumir licor, porque hay un síndrome que se llama de corazón festivo, es decir, en los días de fiesta presentan más arritmias que en los restos de los días y puede ocasionar una muerte súbita, simplemente porque en el día previo consumieron licor y el guayabo genera arritmias porque produce mucha adrenalina.
Las bebidas alcohólicas favorecen el vaciamiento gástrico y por eso es que se toman como aperitivos, un aperitivo como tal es un solo trago. Desafortunadamente si uno le dice eso a la gente de nuestro medio empiezan con un trago, se toman dos, después se toman tres aperitivos y terminan bebiendo y no comiendo”.
¿Cómo se debería entonces ingerir el licor si se quiere tener una buena salud?
“El licor puede tener efectos benéficos, pero en poca cantidad, cuando no se superan en general los dos tragos diarios, porque se ha corroborados que en dosis bajas el licor puede tener un perfil de modificación del colesterol, que aumente el colesterol bueno y disminuya el colesterol malo. Así mismo, previene las enfermedades cardiovasculares, pero cuando se exceden los seis tragos en un hombre, y los 3 en las mujeres, genera todo los efectos tóxicos que comprometen todos los órganos y sistemas”.
¿Todo se soluciona con no tomar licor?
“El hecho de que una persona no consuma licor, no quiere que va a tener una mejor salud, que el que consume licor, pero que el que consume licor en dosis bajas sí va a tener un efecto cardiovascular protector cuando se toma menos de dos tragos en un día. Cuando la persona toma más de este umbral diariamente (una copa de vino, un trago de aguardiente...) o el acumulado equivalente a los fines de semana, porque hay gente que no toma en semana y el fin de semana se toma más de veinte tragos, tiene ya todo unos riesgos de cirrosis, de disfunción cardiaca, de desnutrición, porque no hay ningún órgano que se escape del efecto de los tóxicos del licor”.
En una persona que ingiera licor regularmente, ¿Cuándo puede tener síntomas de alguna enfermedad grave?
“Después de 10 años de consumo. Generalmente las personas inician a beber a la edad de 20 años y empiezan a sufrir esas complicaciones a partir de los 30 años. Anteriormente se presentaban a los 40, 50 o 60 años y ya lo estamos viendo desde los 30 años, porque ha habido un consumo muy tolerable de licor, porque uno piensa que seis traguitos diarios no es mayor cosa, hay gente que perfectamente se toma dos tragos en la mañana, dos en la tarde, dos en la noche y lo mira como algo muy normal”.
¿El licor en exceso genera problemas neurológicos?
“Cuando un persona de embriaga hay incoordinación motora, hay más accidentalidad, hay destrucción de neuronas, hay pérdida en el crónico del tamaño del cerebro, lo que afecta la atención, la concentración y la pérdida de la memoria. Se paraliza el sistema de limpieza pulmonar, por eso se puede medir el grado de alcohol a través del aliento. Otro punto es el insomnio que es una de las consecuencias del consumo de licor, el licor produce un sueño como inductor rápido, pero cuando lo metaboliza produce un despertar, entonces el sueño es corto y de mala calidad y la persona va teniendo insomnio que es uno de los síntomas que precede una serie de problemas de índoles cardiovascular y anímico que predisponen depresiones y ansiedad”.
¿Y qué hay del mito de tomarse un ‘traguito’ en ayunas?
“Para nuestros abuelos era eso, los abuelos se tomaban el traguito antes del desayuno y decían que era para matar las amibas y para entonar y coger fuerzas, tenían su razón de ser porque ellos además del licor tenían actividad física extenuante todo el día y obviamente, la actividad física es otro factor de riesgo por vector. Pero en nuestro medio la gente se toma el traguito, no practica ejercicio con una buena frecuencia y tiene sobrepeso y sedentarismo, entonces no resulta como lo más adecuado pensar en la toma de un traguito de licor para disminuir el riesgo cardiovascular, sino va de la mano con una buena nutrición y la práctica de un deporte de manera regular”.