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Los retos que tiene Colombia para recibir otro flujo migratorio

La acogida de 4.000 afganos abrió el debate sobre la situación migratoria en el país. Panorama.

  • En Afganistán surgió un nuevo flujo migratorio de personas que huyeron tras la llegada de los talibanes al poder en ese país. El gobierno de Estados Unidos ha reportado la evacuación de al menos 13.000 personas. 4.000 de ellas se refugiarán en Colombia. FOTO AFP
    En Afganistán surgió un nuevo flujo migratorio de personas que huyeron tras la llegada de los talibanes al poder en ese país. El gobierno de Estados Unidos ha reportado la evacuación de al menos 13.000 personas. 4.000 de ellas se refugiarán en Colombia. FOTO AFP
  • Los retos que tiene Colombia para recibir otro flujo migratorio
21 de agosto de 2021
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La toma del poder de los talibanes en Afganistán —que se materializó hace exactamente una semana— no solo tuvo un impacto social y político en su territorio. El coletazo del cambio de régimen en esa nación del Medio Oriente también se sintió en el continente americano en términos migratorios, y Colombia no fue ajena a esa situación, pues decidió firmar un acuerdo con Estados Unidos para atender el flujo de migrantes generado por la huida de personas de ese país.

El presidente Iván Duque fue quien confirmó su disposición de acoger —de manera transitoria y temporal— a 4.000 personas que salieron de ese país, pero la medida ha dejado inquietudes sobre la posibilidad de brindarles atención humanitaria, que se sumará a los planes de acción implementados para los ciudadanos venezolanos, haitianos, cubanos y africanos, que huyen de sus países de origen y están llegando a Colombia.

Por eso, EL COLOMBIANO consultó a varios expertos que analizaron la situación del país en el ámbito de atención migratoria, prestando especial atención a las capacidades que hay puestas en marcha en diferentes regiones, para acompañar y garantizar los derechos de los cientos de miles de extranjeros que han llegado al territorio nacional.

Solidaridad, ¿con capacidad?

La vicepresidenta y canciller, Marta Lucía Ramírez, hizo un nuevo pronunciamiento ayer sobre la llegada de los refugiados afganos y aseguró que se brindó este apoyo para demostrar el compromiso del gobierno Duque con la “defensa de la democracia y las libertades” en el ámbito internacional. Además, fue reiterativa en que la acogida de estas personas por el país será transitoria y no definitiva.

“El gobierno de los Estados Unidos asumirá todos los costos y nosotros dedicaremos nuestra energía para que estas personas de Afganistán, que vienen en tránsito hacia el país norteamericano, tengan acá un tiempo en el que se sientan acogidos y sientan que pueden respirar en libertad y sin temores”, expuso la alta funcionaria, quien no entregó detalles pendientes sobre cómo será la estadía de estos 4.000 migrantes.

Para Juan David Escobar, director del Centro de Pensamiento Estratégico de la Universidad Eafit, esta es una decisión adecuada en términos humanitarios y de solidaridad, teniendo en cuenta que se trata de personas cuyas vidas están en riesgo en su país de origen. No obstante, el académico planteó que no se puede desconocer que el Estado colombiano afronta un reto en distintos frentes por cuenta de la migración masiva.

“Recibir a los afganos es una decisión correcta en las condiciones establecidas (de gastos cubiertos por EE. UU.) porque Colombia no tiene ni la plata ni las condiciones suficientes para hacerlo. Nuestra realidad migratoria es compleja actualmente, pues en el país hay cerca de dos millones de venezolanos y miles de migrantes están haciendo tránsito por nuestro territorio para llegar a Estados Unidos tratando de pasar por Necoclí, en el Urabá antioqueño, para cruzar a Panamá”, apuntó.

Por su parte, Juan David García, analista político y docente de la Facultad de Derecho de la UPB, agregó que las medidas implementadas para atender a la población venezolana, haitiana, cubana y ahora afgana no solo responden a cuestiones humanitarias, sino a obligaciones según lo establecido en los acuerdos de protección, garantía y materialización de los Derechos Humanos para el inmigrante, porque es un tema consagrado, por ejemplo, en el El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de la Organización de Naciones Unidas.

“Más que un tema de voluntariedad o elección, al final se trata de un asunto que se debe asumir por parte de cada nación porque se trata de una realidad que ocurre, en este caso, en el territorio de Colombia con el tema de los inmigrantes o los migrantes que están de paso”, dijo García.

Migración masiva pone retos

Ante ese panorama, Escobar planteó que organismos internacionales, como la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), deben brindar un apoyo económico amplio, que le permita a Colombia asumir esos compromisos y garantizar una atención adecuada a esa población.

“Hay que tener en cuenta que esa atención a los migrantes que buscan quedarse o los que están de paso por Colombia implica gastos para el Estado. La comunidad internacional tiene el deber de poner de su parte y brindar al país apoyo económico para enfrentar esas situaciones que registra el país con los migrantes”, señaló el docente de la Universidad Eafit.

Y es que el compromiso asumido por el Gobierno Nacional de recibir a los refugiados afganos, se estableció a la vez que el país hace frente a la llegada masiva de venezolanos. Esta población no es menor, pues según los últimos reportes de Migración Colombia se trata de al menos 1,8 millones de personas que están interesadas en regularizarse para vivir en nuestro país.

“Para Colombia es un reto de grandes proporciones recibir y atender en salud, empleo, educación, vivienda y demás, a casi dos millones de personas, y más todavía teniendo en cuenta que estamos en medio de la crisis económica ocasionada por la pandemia de la covid-19”, apuntó Escobar.

Además, a esta situación se le suma que a finales de julio el país estuvo a punto de registrar una crisis humanitaria por cuenta de los 10.000 migrantes (entre haitianos, cubanos y africanos) que estuvieron varados en el municipio de Necoclí, y que requirieron de un corredor humanitario coordinado con Panamá, para permitir su paso controlado.

En ese caso, se realizó una reunión diplomática con voceros de Panamá, Brasil, Costa Rica, Chile, Ecuador, México, Perú, Canadá, Estados Unidos y Colombia, en la que se plantearon medidas para solucionar el atasco de los migrantes.

En entrevista con EL COLOMBIANO, el 29 de junio pasado el gerente de Fronteras de la Presidencia de la República, Lucas Gómez, planteó que el acompañamiento y las ayudas de la comunidad internacional, incluyendo a Acnur, para atender estas problemáticas relacionadas con la migración han sido fundamentales, pero aseguró que se requiere que sigan en aumento.

“No me atrevería a dar una cifra exacta del monto que ha recibido el país de parte de otras naciones para este tema porque han sido diversas las ayudas. No obstante, es importante que la comunidad internacional siga apoyando económicamente a Colombia para garantizar esta asistencia humanitaria”, expuso el alto funcionario.

Para el consultor y asesor en Seguridad, Juan Pablo Paredes, además de la necesidad de tener financiamiento externo, uno de los retos del Estado está en garantizar una migración controlada y regulada por las acciones que adelantan las instituciones del país, con la que se prevengan problemáticas que afecten la seguridad nacional y ciudadana.

“La migración masiva es una realidad de nuestro país, pero la solución no está en cerrar las fronteras, sino en administrar mejor el tema y fortalecer los controles. Por ejemplo, es fundamental identificar a los migrantes porque así sabremos quiénes son los extranjeros en nuestro territorio y esto les permitirá a ellos tener las oportunidades que les brinda la ley”, planteó Paredes.

En su lectura, los tres analistas coincidieron en que los flujos migratorios que tiene Colombia ya representan una amplia disposición de recursos y capacidades para su atención, pero aseguraron que la acogida de los afganos será viable, siempre y cuando esta se mantenga como transitoria, y los gastos totales los asuma el gobierno de Joe Biden. De lo contrario, implicaría un gasto adicional para garantizarles vivienda, salud, educación, alimentación y demás.

“En términos diplomáticos y geopolíticos esto es como cuando nos dijeron en los años 50 que ayudáramos a liberar a Corea del Sur en la invasión de Corea del Norte. Nosotros no estábamos preparados para una guerra en la península coreana, pero fuimos. Ahora tenemos grandes retos en materia de migración, pero recibiremos un nuevo grupo de migrantes”, dijo Escobar.

Además, los dos académicos de Eafit y la UPB resaltaron que en este apoyo diplomático y humanitario a los refugiados afganos deben sumarse otros países (ver Paréntesis) no solo de la región, sino del resto del mundo, como respuesta a la crisis política y social que afronta Afganistán.

En todo caso, aún hay interrogantes por resolver por EE. UU. y Colombia, en cuanto al tiempo que estarán los 4.000 afganos en el país, dónde se ubicarán sus albergues temporales y cuándo será su arribo al territorio nacional

1,8
millones de venezolanos están en trámites para residir legalmente en Colombia.
10.000
migrantes estuvieron varados en Necoclí, Antioquia, en su tránsito para llegar a EE. UU.
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