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Artífice de llegada de tropas rusas a Venezuela es ahora el embajador

El nuevo embajador en Bogotá, Félix Plasencia, es diplomático vieja guardia. Como canciller le dio status diplomático a Alex Saab. Trabajó para reabrir la frontera. Su historia.

  • Plasencia recibió credenciales como embajador de Venezuela en Colombia el miércoles de manos del presidente Petro. FOTO Colprensa
    Plasencia recibió credenciales como embajador de Venezuela en Colombia el miércoles de manos del presidente Petro. FOTO Colprensa
11 de septiembre de 2022
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En una cena navideña de 1998 el hoy embajador de Venezuela en Colombia, Félix Plasencia, coincidió con políticos de oposición. Era un muchacho joven y simpático para la fiesta que siete años atrás había empezado su carrera diplomática en la Cancillería, en los últimos momentos de la era democrática de Venezuela.

Para entonces, Hugo Chávez era más que un comandante de las Fuerzas Armadas porque ya había liderado dos golpes de Estado, pero su llegada al Palacio de Miraflores era aún una ilusión. Quienes cruzaron palabras con él lo recuerdan como un sujeto que estaba en la administración de Rafael Caldera y que no seguía ideología política alguna.

Pero el diplomático ya había tenido su primer contacto con las cabezas del régimen venezolano que ahora representa ante el gobierno de Gustavo Petro. Su conexión con la autocracia no es el propio Nicolás Maduro, sino la segunda al mando, Delcy Rodríguez. A la vicepresidenta la conoció entrada la década del 90 cuando ambos coincidieron en la Embajada de Venezuela en Londres, él como funcionario de carrera y ella como agregada política. Ahí nació una amistad que lo llevó hasta las entrañas del chavismo.

Como representante en el Gobierno Petro, Plasencia deberá navegar en la política nacional con la que había peleado durante los últimos cuatro años del gobierno del entonces presidente Iván Duque.

El primer logro de esa gestión se tradujo en la apertura total de la frontera el próximo 26 de septiembre, pero el nuevo embajador de Venezuela en Colombia —posesionado este miércoles— deberá dar pasos en la cooperación binacional de justicia y en las tensiones de los países vecinos con la criticada gestión de Maduro.

El gran diplomático

Félix Plasencia tiene una hoja de vida de títulos y un pasaporte de sellos. Se graduó en la Universidad Central de Venezuela entrados los 80 cuando esa alma máter tenía el único programa de formación en relaciones internacionales del país y el alto puntaje en su examen para ingresar al servicio diplomático lo puso en la primera línea de los jóvenes de entonces que entraron a la Cancillería.

Estudió en Reino Unido, allí perfeccionó su inglés y sobrevivió a la transición de 1999 con el aterrizaje de Hugo Chávez en el Palacio de Miraflores. El comandante presidente, el mismo que se hizo reelegir tres veces modificando la Constitución y a quién Plasencia le atribuye la Venezuela misma porque para él su país es “la patria de Bolívar y de Chávez”.

Aunque con saltos esporádicos, podría decirse que lleva 30 años en el Ministerio de Relaciones Exteriores, primero como un asesor silencioso y luego como un vocero. Sus redes sociales dejan en evidencia el bajo perfil que tuvo en los primeros años de carrera porque apenas reactivó sus cuentas en 2019.

Estuvo en la Cancillería de Nicolás Maduro, trabajó en esa oficina cuando Delcy Rodríguez —quien es la actual vicepresidenta— asumió la cartera y en la era de Jorge Arreaza se mantuvo en el servicio. Es un hombre que se mueve en las entrañas del chavismo. Es más: relevó a su “compañero de lucha”, Arreaza, en la Cancillería.

Como canciller fue quien le otorgó el estatus de diplomático al testaferro de Maduro, Álex Saab, cuando el empresario barranquillero estaba en proceso de extradición a Estados Unidos por ocho cargos relacionados con lavado de activos de los recursos del Estado venezolano para las cajas CLAP.

A pesar de ser el funcionario de carrera diplomática más preparado del régimen, ejerció como canciller por nueve meses porque Maduro decidió designar en ese cargo a Carlos Fárias, un militante comunista e hijo de un líder estudiantil de los 60 con el que necesitaba hacer un guiño de que el marxismo estaba en lo alto de su régimen.

De su corto paso por ese asiento también se dice que intentó aplicar cambios internos que no calaron en la institución y que terminaron llevando a su salida. Al final, Plasencia es un internacionalista que lleva dos décadas y varios meses vestido de chavista para representar en los estrados globales a un régimen que se salta las normas internacionales.

El de los Rodríguez

Al ser cercano a Delcy la oficialista que se hizo elegir en una contienda que no reconoció la oposición— terminó conectado con su hermano Jorge Rodríguez, el presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela .

La conexión de Plasencia con los Rodríguez se afianzó cuando él protegió a Delcy en Londres durante la crisis institucional de abril de 2001, la reafirmación de una amistad entrañable que terminó llevándolo a ser su viceministro en 2016.

La diplomacia de Venezuela es la diplomacia de Maduro: el líder del régimen fue canciller de Chávez por siete años, saltó a la vicepresidencia y de ahí a Miraflores ignorando el mandato constitucional de llamar a elecciones sin ser él un candidato de tarjetón. De ahí que Plasencia aplique la fórmula de recibir una designación con “compromiso chavista y revolucionario”.

Una funcionaria del Palacio de Miraflores lo describió como un “hombre dedicado a la diplomacia, amable y muy culto”. En los últimos tres años fue el encargado de afianzar las relaciones de Venezuela con el mundo multipolar del que habla el Socialismo del Siglo XXI, misión que lo llevó en múltiples ocasiones a Cuba y China y también hizo sus aterrizajes a Qatar, Nicaragua, Jordania, Kuwait, Rusia, Barbados y Mozambique.

Félix Plasencia tiene retratos con el dictador Daniel Ortega; el presidente chino, Xi Jinping, y el exmandatario boliviano Evo Morales. Fue el artífice del aterrizaje de las tropas rusas y chinas en territorio venezolano, una incursión militar que llevó a Colombia a poner radares en la frontera, pero su nombre solo empezó a reseñarse cuando era ministro de Turismo.

Cuando lideraba esa cartera en enero de 2020 él estaba en el avión que llevó a Delcy Rodríguez al aeropuerto de Madrid en España. Ella, sin embargo, no se bajó de la aeronave porque las sanciones en su contra por las violaciones a los Derechos Humanos perpetradas por el régimen le impiden pisar territorio de la Unión Europea. Él pisó suelo español en su representación para reunirse con delegados de Pedro Sánchez.

Plasencia es el emisario de Maduro ante Colombia, el mensajero de los Rodríguez en un régimen de personalismos chavistas que reparten sus cuotas en un gobierno cuestionado con el que Gustavo Petro ya empezó a dialogar.

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